Prometí hace unos días que hablaría de La Final de Copa que conquistamos en Madrid en 1984. Y lo voy a hacer gustosamente porque tuve la tremenda fortuna de estar allí en Chamartín...
Fui con mi aita, evidentemente, la persona a la que estaré eternamente agradecido por el bendito amor que siento por nuestro Athletic. Recuerdo llegar a un Aeropuerto de Barajas antiquísimo y ver una capital muy gris, con mucho polvo en el ambiente. Nos quedamos en casa de un gran amigo de mi aitatxu natural de Deba, Xabier, más bien un hermano, que reside muy cerca del Pirulí de TVE donde tiene un restaurante. Nada más llegar a esa zona de Madrid su hijo Andoni y un servidor que teníamos nueve años no escapamos hacia El Pirulí y si no me equivoco la M-30 pasa muy cerquita porque recuerdo unos jardines inmensos debajo del Pirulí, unas fuentes, muchas escaleras,... y al lado, lo dicho, unas rejas que separaban el espacio de relajamiento con esa autopista donde los coches pasaban como una bala.
Luego, comimos y de inmediato nos preparamos para ir a un choque histórico, el Athletic-Barca. Para llegar al Bernabéu tuvimos que subir y una vez allí mi aita y Xabier me dieron una notita con la dirección de su casa por si me perdía, acudir a la policía para no perderme. Y lo tengo presente en la memoria perfectamente. Los aledaños de Chamartín eran un hervidero... y cuando entramos ni les cuento. Yo estaba allí al lado de mi primo Andoni, más contento que un niño cuando le regalan el equipaje del Athletic,... y plenamente orgulloso ondeando la bandera que mi amama canaria le había bordado a mi aita al poco de arribar a Tenerife en 1959. Jamás olvidaré ese momento... y el punto culminante llegó muy pronto. En el minuto trece del primer tiempo Don Estanislao Argote centra con la derecha cuando es zurdo.... y Don Endika Guarrotxena marca el gol del triunfo con la izquierda cuando su pierna buena es la derecha. Nos volvimos locos y como éramos niños el partido se nos fue volando . Yo miraba pa un lado y otro de Chamartín y allí lo único que se veía era un color bendito: el rojiblanco de San Mamés, el rojiblanco que vistió Pichichi, Zarra, Gaínza, Iríbar,... Y una vez concluyó el choque recuerdo que mi aita y Xabier nos dijeron vámonos pasados unos minutos porque se podía montar una buena. Y es que los asquerosos del Barca liderados por un auténtico VendeHumos llamado Menotti no supieron perder y se dedicaron a dar ostias.
Y al día siguiente nos vinimos pa Tenerife y llegué a mi casa del Puerto de La Cruz al más puro estilo Zinedine Zidane... con perdón de la vanidad. Allí estaban muchos vecinos esperándome porque sabían que había ido con mi aita a ver un triunfo inolvidable... ¡y me aplaudieron y todo!. Yo que era un niño y no entendía nada me metí rápidamente pa el edificio donde vivía...
Y algo que guardo como oro en paño es el banderín de aquel partido. Lo tengo un poco tocado, pero está en un sitio preferente de mi casa.
Repito, afortunadamente de los tres últimos títulos de nuestro Athletic pude ver en directo dos... y eso no lo olvidaré nunca. Y a mi aita sólo le puedo decir:¡ ESKERRIK ASKO MAJO!. Recuerdo esos momentos y lloro como un niño pequeño de la emoción. ¡El Athletic es lo más grande que hay en el mundo...y mi aita ni les cuento!. Lo que ha hecho por mí no se paga con dinero. Insisto, ¡MILA ESKER AITATXU!.
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