Lo acontecido me parece una auténtica locura... Porque nos desprendemos de un futbolista que a su edad tiene aún un largo recorrido. Porque es uno de los nuestros y aporta no sólo en el terreno de juego si no en otros aspectos. Porque Pablo puede estar en la recámara esperando su momento y luego rendir a la perfección. Porque muchos compañeros tienen que aprender del navarriko. Porque... su marcha creo que es una tremenda equivocación.
Esta posible "o segura" operación no nos transmite buenas vibraciones. ¿Qué ha ocurrido para que se pueda consumar bajo unas condiciones mosqueantes?. No lo sé, pero nuestro bendito equipo pierde a un hombre, Pablo Orbáiz, que se puede batir el cobre aún en el centro del campo rojiblanco. P.D: Si quieren conocer mi opinión de manera más amplia sobre Orbáiz no tienen si no que retroceder al martes dos de agosto en este blog. Ese día escribí un artículo sobre Nuestro Gran Capitán.
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