viernes, 28 de septiembre de 2012

¿ES NECESARIO UN CAMBIO EN LA PORTERIA DEL ATHLETIC?



                                                    IÑAKI ARANZAMENDI

Se acabaron las contemplaciones con Gorka Iraizoz. Un portero capaz de lo mejor y de lo peor, un guardameta que tiene metido el miedo en el cuerpo... y que en los últimos tiempos se está pegando unas cantadas con el pie de padre y muy señor mío. Está despejando unos balones que deja francos a los delanteros rivales.

Gorka llegó al Athletic en 2007 y tras unas temporadas notables no ha alcanzado la línea de regularidad necesaria. Los motivos se desconocen... Bueno, uno puede ser que haya creído que tiene el puesto asegurado. Primero Caparrós no depositó más confianza en Armando excepto cuando Gorka estuvo lesionado. Y Marcelo Bielsa ha hecho tres cuartos de lo mismo con Raúl.


Y ya sé Asis que me puedes decir que este puesto requiere pocos cambios, pero si el encargado de desempeñar esa función no está fino, hay que cambiar. Y si el sustituto lo hace bien... banquillo que te pego y a ganarse la titularidad nuevamente. Lo que sucede es que quizás pese... y mucho, el dinero que costó en su día Gorka (Cuatro millones de euros más la cesión de Lafuente al Español). Por ello, hacer la permuta cueste un riñón y parte de otro.

Si había alguna duda con Raúl la extinguió de cuajo en el choque ante el Málaga. Mostró seguridad, agilidad, decisión, aplomo (todo de lo que está careciendo Iraizoz)... e hizo dos intervenciones de auténtico lujo. Está plenamente capacitado para recoger el testigo. Bielsa debería situarlo de titular en el derbi que se celebrará en Anoeta este sábado y darle confianza en el futuro próximo. Sus condiciones unido a la ilusión que se tiene por jugar un choque de este calibre puede ser un cóctel perfecto para que Raúl corone otra actuación sobresaliente.

Estimado Asis, ¿si fueras jugador qué querrías? Me imagino que tener un portero seguro a tus espaldas (Raúl), no uno que supieras que si tu fallas su respuesta sea una incógnita (Gorka). Y esto no es un invento mío, ahí está la hemeroteca que como el algodón de la televisión no engaña.




San Mamés es el cadalso de los porteros, Iñaki. Tras innumerables ejecuciones ahora es el turno de Gorka, la guillotina espera su cuello cuando para mi la clave de los males siguen siendo otras: el trabajo defensivo colectivo y el runrun de La Catedral.

La mayor parte de goles encajados en Liga han sido fusilamientos a corta distancia, pero da igual, Iraizoz ya está crucificado. Se le transmiten nervios desde la grada y a la vez se desconfía de sus salidas... nerviosas. Cuando un locutor radiofónico le culpaba de recibir ante el Hapoel un gol de rebote que se fue al otro poste bajo el sesudo ¿análisis? de que "es que no para una", éste ya está sentenciado, me dije. Ya que Gorka, aparte de sus grandes condiciones, ha jugado dos finales de UEFA y de Copa, imagino que si 'no para una' sería porque entonces los delanteros rivales iban beodos, digo yo. Y si estrellas de los banquillos como Valverde, Caparrós y Bielsa han apostado siempre por él sin tibiezas, algo de esto sabrán, ¿no?

Pero cuando se llega a coger esa manía en Bilbao a un jugador no hay marcha atrás, San Mamés se va calentando y pide sangre y caras nuevas. Lafuente, Aranzubia, hoy Raúl... la que sea, y además a alguien siempre le han dicho que "por abajo viene uno que será genial". Cuando suba también será ejecutado, Iñaki, no lo dudes. Así en un bucle hasta el infinito. Un juego peligroso cuando no hay mercado tampoco de porteros vascos.

Esto es siempre lo mismo, unos porque ven mal de lejos, otros porque no salen, otros porque chutan mal, otros porque la despejan cerca, otros porque de niño tenían un póster de Buyo... ¿Pero es que en Lezama en vez de porteros forman conserjes? De Raúl se dirá un día que ya le metió tres el Helsinki y a Kepa le quieren subir saltando ciclos porque ha ganado una Eurocopa sub'19. ¿Dónde queda hoy la plata olímpica de Aranzubia y su oro en un Mundial sub'20? Dejemos de jugar a técnicos y animemos al Athletic, que ahí ganaremos todos querido señor Aranzamendi.


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