¡MENOS TONTERIAS, SEÑOR IRAIZOZ!

Que un jugador del Athletic se pueda sentir dolido y apenado por el trato que le dispensa el aficionado de San Mamés... ¡¡¡manda huevos compadre!!! No hay respetable con más señorío, educación, paciencia... que el que se congrega en La Catedral cada quince días. Somos un ejemplo con lo nuestro y con el adversario... e incluso con el colegiado. Y es que recuerdo la despedida que tuvo Soriano Aladrén como colegiado en activo en la temporada 91-92. El Athletic perdió 2-3 ante el Valencia y el respetable rojiblanco le tributó una sonora ovación al final del encuentro. Eso no se ve en ningún lugar del mundo, sólo en un sitio único, Bilbao.

Ahora bien, la paciencia tiene un límite. La gente está harta de dar tanto, dejarse muchísimos billetes por un sentimiento verdadero e incomparable llamado Athletic... y recibir tan poco. De ver fallos de concentración, errores infantiles... continuamente y que los jugadores no sean capaces de superarse y poner coto a una situación difícil, muy difícil, de asimilar. Y lógicamente estalló (parte de ella, no toda) y empleó "la burla" para meterse con nuestro gran portero Gorka Iraizoz, aquel que "se burló" de todos nosotros en el momento de su renovación afirmando que tenía que sopesar todas las ofertas que tenía encima de la mesa... cuando en realidad no tenía ninguna. Sólo era una táctica para sacar más petróleo de las arcas de Ibaigane. Por lo tanto, venir de niño bueno ahora, señor Iraizoz, y mostrarse dolido con la mejor afición del mundo... ¡¡¡cuénteme una indios Don Gorka!!! Venga usted para Tenerife y verá cómo el respetable chicharrero no le permite ni una al jugador canterano. Debuta y al mínimo fallo lo hunden en la miseria con sus críticas, sus chillidos, el run-run... Tanto usted como muchos otros jugadores no saben lo que tienen en el Athletic. Viven al ladito de casa, ganan un pastón... y son venerados por el verdadero sustento de un club único en el mundo. Por lo tanto, empiecen a valorarlo y ofrezcan mínimo una capacidad de concentración en el césped de la que carecen.

En fin, me resisto a dorar la píldora a Iraizoz porque no tiene razón.