Lógicamente, la derrota del Athletic en el Bernabéu ya es historia. Nos entró la mieditis, pecamos de ingenuos en defensa y el Madrid se llevó el gato al agua. Nada que objetar.
Sin embargo, lo que me resulta repugnante, asqueroso y vergonzoso es que una acción de expulsión clara que se pudo ver en la otra punta del planeta no haya sido criticada. A Jose Vicente Hernáez (foto) and company les entró la cagalera a la hora de denunciar un codazo descarado que era roja directa en Chamartín y en La China.
Me refiero al taponazo que le pegó Sergio Ramos (foto) a Susaeta a un centímetro del linier en la primera parte. Fue a propósito y con toda la mala intención del mundo. Debió irse a los vestuarios y el Madrid debió quedarse con diez jugadores sobre la cancha. Pero tanto el linier como el árbitro se acojonaron y no tuvieron los santos cojones de enviar al sucio defensa merengue a los vestuarios. Y encima desde las grandes tribunas donde presumen de una independencia bañada de una gran mentira por todos sus poros no fueron capaces de mostrar o analizar la imagen del codazo. Si llega a suceder en sentido contrario nos llaman asesinos.
En fin, el Athletic no perdió en Chamartín por el colegiado porque seguramente con diez futbolistas el Madrid también nos hubiese superado... pero oiga, las cosas como son, debió quedarse con diez hombres durante muchos minutos y nunca se sabe lo que hubiese sucedido. Y la independencia de algunos vendidos me genera un descojono mayúsculo.
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