Los tres puntos logrados en Málaga saben a gloria. Tienen un significado maravilloso. Supone enlazar dos victorias consecutivas y mirar con decisión a los puestos de Champions. Queda mucha tela por cortar, pero dejamos a nuestro más inmediato perseguidor a seis puntos y tenemos al Villarreal a tiro de piedra. Y estos datos son muy importantes... más teniendo en cuenta que el próximo partido es frente al Barcelona en San Mamés. Sumar un punto ante los blaugranas sería estupendo. Y los tres sería lo más grande del planeta.
En La Rosaleda quedó claro que si el Athletic mete intensidad a los partidos, pone garra y busca la vertical es capaz de causar daño a borbotones y alcanzar un triunfo en cuestión de minutos. No era fácil ganar a un Málaga sumido en una pequeña crisis y el Athletic logró el objetivo. Por fin se mejora fuera de casa... y lo más importante tenemos 26 puntazos.
El mejor jugador del partido fue Iker Muniain. Estuvo eléctrico. Se movió por todo el campo, bregó como un campeón, desbordó, provocó faltas peligrosas... y anotó un tanto que se merecía por el enorme trabajo que realizó. Muniain recuperó su mejor versión tras una temporada con más sombras que luces y esperemos que sea capaz de ser regular porque lo necesitamos.
Y el peor jugador del encuentro fue Mikel San José. Algunos pensarán que estoy loco. Sin embargo, sé perfectamente lo que digo. Metió el gol del empate prácticamente sin querer, pero su labor en defensa resultó de juzgado de guardia. Patético. En el gol del Málaga estaba observando un minuto antes que el balón llegaría al oponente que debía marcar, éste le ganó la partida mientras que San José se limitó a mirar cómo remataba. En resumen, bien en ataque, horrible en defensa.
En la jugada del 1-0 el Málaga nos pilla con un hombre menos. Laporte, un defensa, repito un presunto defensa que teóricamente debe imponerse, salta con un rival y lo hace sin protegerse con los brazos. ¿Qué le ocurrió? Pues que se llevó un golpito por belillo. Se va a la banda y se duele como una nenaza cambiándose con total tranquilidad la camiseta que tenía manchada de sangre por otra limpia. Hasta el cuellito se lo puso bien, bien... supermega bien. Como bien dijo el amigo Julen Belaustegi @jjbm69 en twitter "si le coge Camacho a Laporte le mete al campo con una tirita en los huevos....por membrillo....".
Iraola y Susaeta. Son dos jugadores que tienen más miedo que yo en un cuarto oscuro. Les tiembla el pulso y pierden infinidad de balones peligrosos. Sin embargo, algunos le ponen un notable o un sobresaliente a sus actuaciones porque cada dos o tres partidos dan un pase de gol. Seguramente ellos saben un huevo de fútbol y quien escribe no tiene ni puñetera idea.
Próxima cita. Nos enfrentamos al Barcelona en La Catedral. Tengo miedo, miedito, miedo... aunque si somos auténticos leones tendremos alguna acción de ganar. Yo firmo el empate ahora mismito.
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