Recientemente, la selección de Libia consiguió el Campeonato de África de Naciones por primera vez en su historia. El combinado ganador está dirigido por un mito del Athletic, Javier Clemente. Y a su lado, otro vizcaíno, ha saboreado las mieles del éxito. Se trata de ALEX FERNANDEZ AIZPURUA. Se encarga de la preparación física y su trabajo ha resultado excelente.
Zorionak paisa.
Eskerrik asko.
Menuda celebración. La alegría se ha desatado en todo el país.
Sí, esperábamos que hubiera mucha gente pero no imaginábamos esa multitud, tanto en Banghasi como en Trípoli. Cuando estábamos en Sudáfrica en cierta manera éramos un poco ajenos a lo que se estaba viviendo en el país, y en cierto modo creo que es mejor así para que todos estuviéramos centrados en el trabajo. Al llegar nos encontramos con prácticamente un país volcado con la selección. Una suerte poder arrojar un poco de alegría a un pueblo que ha sufrido tanto y quiere alcanzar la normalización.
Sólo ha faltado La Gabarra... jejeje.
Pues porque les falta una ría navegable, porque si no creo que también la hubieran sacado. En Banghasi tardamos una hora en bajar del avión por la gente que esperaba en el aeropuerto y después la entrada al estadio con la copa duró apenas unos minutos porque estaba abarrotado. En Trípoli nada más bajar del avión nos montamos en el autobús, tardamos seis horas en hacer un recorrido que en condiciones normales se hace en veinte minutos y después se descartó la opción del estadio porque, a pesar de pasar muy cerca de él, se podrían haber tardado otras tres horas en entrar y salir, estaba también en los topes.
¿Han ejecutado un trabajo complicado?
Nos estrenamos ganando dos a cero a Etiophia, después vino el empate con Ghana con la que después nos enfrentaríamos en la final y el tercer partido lo jugamos contra Congo con el que empatamos a dos al final del descuento y nos daba acceso a cuartos. Nos tocó Gabon, al que ganamos a penaltis. En la semifinal nos cruzamos con Zimbabwe en otro partido de dos horas que acabó de nuevo en penaltis. Después vino la final en Ciudad del Cabo con Ghana, prorroga de nuevo y victoria final a muerte súbita. Jugamos tres partidos de dos horas en prácticamente una semana y con viajes de uno a otro estadio. Lo complicado fue conseguir que los once jugadores que se encontrasen en el campo estuvieran recuperados en todos los sentidos, jugaron con mucho corazón, todo el staff trabajó en equipo y finalmente el resultado fue bueno.
El jefe Javi Clemente está contento eh...
Es para estarlo. No se gana todos los días una Copa de África. Además, fue elegido mejor entrenador del torneo.
¿Cuál es el nivel de la selección de Libia?
Tiene fantásticos jugadores, algunos de ellos por calidad podrían dar el salto a ligas europeas. El denominador común es que son muy profesionales y tanto en los entrenamientos como en los partidos se esfuerzan mucho.
¿Se ha mezclado juventud con veteranía?
Se ha intentado hacer una selección bastante joven, con futuro, que era una de las primeras intenciones de la federación. Tampoco se ha renunciado a ciertos jugadores más veteranos que aportaban mucho al equipo. La media de edad podríamos decir que es muy joven. Tenemos un jugador de diecisiete años en el medio campo que aportó mucho y jugó muchos minutos.
Tras quedarse apeado del próximo Mundial ¿se presenta un futuro halagüeño?
Creo que hay que ser positivos con el futuro tanto a medio como a largo plazo. El hecho de que Libya haya conseguido esta Copa hará que la ilusión de los jóvenes jugadores vaya en aumento. El país ahora tiene ídolos propios en el fútbol, más allá de Cristiano o Messi, y eso es un factor imprescindible para aumentar la calidad del fútbol de cualquier país.
Analizamos tu faceta personal ¿Quién es Alex Fernández? (Preséntate para los que no sabíamos de tu existencia hasta hace unos días).
Pues nací y crecí en Barakaldo, jugaba a fútbol en el colegio y después en algún club de barrio. Veraneo en un pueblo pequeño del norte de Burgos, en las Merindades, donde de chaval me pasaba los días haciendo mucho deporte. Estudié fisioterapia en Madrid donde viví tres años. Al volver a casa trabajé como fisio en el Balmaseda e hice un postgrado en fisioterapia deportiva, donde la mayoría de profesores eran del IVEF de Vitoria. Fue ese año donde finalmente me decidí a hacer las pruebas físicas para entrar en la facultad. Viví siete años en Vitoria, cinco de carrera más dos trabajando, un tiempo como investigador en la universidad y otro tiempo como preparador físico en el Aurrera de Vitoria donde llevaba entrenando a equipos desde segundo de carrera. Al volver a Bizkaia tuve alguna oferta de algún club de fútbol pero me decliné por un proyecto muy bueno que tenían en el Club de Baloncesto de Leioa. Después me surgió esta oportunidad.
Tienes experiencia no sólo en el fútbol. ¿Trabajar en diferentes modalidades enriquece y aporta más conocimientos?
Desde luego. Aunque desde que estudiaba la carrera me he centrado siempre en el fútbol hasta el punto que en las clases que no me interesaban demasiado leía libros o artículos de fútbol o preparaba los entrenamientos del equipo al que entrenaba. Después sí que trabajé en tenis y baloncesto que aportan cosas interesantes y he entrenado en triatlón, donde gracias a comprender ciertas adaptaciones propias de los deportes de prestación ha mejorado mucho mi visión sobre el estado de forma óptimo de un deportista.
¿Se te ha presentado la oportunidad de trabajar en el Athletic?
A finales de la temporada pasada tuve la tremenda suerte de colaborar con grandísimos profesionales en Lezama en la readaptación de los jugadores de la cantera y este año me llamaron para ayudar a realizar las pruebas físicas a los jugadores de la primera plantilla. Lo de la readaptación surgió a partir de querer ver cómo trabajaba un club de élite en este área ya que realicé un master en Barcelona de preparación física en deportes de equipo donde se incidía mucho en este aspecto y me pareció un campo apasionante. Si bien como fisioterapeuta trabajé hace ya varios años y como preparador físico llevaba haciéndolo los últimos seis, la parte de la readaptación del jugador no la había vivenciado. Fue una gran experiencia que siempre les agradeceré, me abrieron las puertas y me dejaron entrar hasta la cocina. Me siento muy honrado de haber trabajado con ellos.
En Lezama teníamos hasta hace apenas unos meses al decano de los preparadores físicos.
Manolo Delgado Meco. Historia viva de la preparación física en el fútbol, tanto del Athletic como de la selección española. De niño cuando podíamos nos escapábamos a ver entrenar al Athletic y recuerdo perfectamente a Manolo realizando ejercicios con los jugadores, carreras, picas, vayas pequeñas... Es curioso, pero ahora que lo digo es lo poco que recuerdo de cuando iba a ver los entrenamientos del Athletic.
¿Cómo aparece la posibilidad de ir a trabajar a Libia junto a Javier Clemente?
Pues estaba ya en Barakaldo después de varios años fuera y me habían concedido una beca para realizar el doctorado en la Universidad del País Vasco. El míster tiene amistad con mi padre y sabía que su hijo era preparador físico y que llevaba en el fútbol cierto tiempo. Según me dijo también llamó a Lezama para ver que le podían contar de mi. Un día quedamos en Barakaldo, yo no le conocía personalmente, y me comentó que le había surgido esta posibilidad y me preguntó si yo estaría interesado. La respuesta fue obvia y rápida, dejé lo que tenía y me marché.
El Rubio de Barakaldo no regala un elogio... ni por casualidad. Sin embargo, recientemente en una entrevista en As afirmaba que "de preparador físico tengo a un chico de mi pueblo, Álex Fernández, que es joven, pero que sabe mucho y tiene ilusión. Tiene a todo el equipo muy fino". ¿Uno lee estas palabras y qué siente?
El míster es muy generoso, sin duda tuvo la amabilidad de mencionarme y el honor de situarme en buen lugar. Se recibe muy agradecido el halago cuando viene de alguien que ha conseguido la casi imposible tarea de ser profeta en su tierra y ahora consigue, una vez más, serlo fuera de ella.
¿Clemente es muy exigente con sus ayudantes?
Sabe exactamente lo que quiere, todo es muy transparente con él y eso es muy positivo. El míster lleva muchos años en esto, es un hombre con las ideas muy claras sobre cómo deben hacerse las cosas para que absolutamente todo funcione como quiere. Controla todos los aspectos de un equipo. Ha trabajado en muchos clubs y ha trabajado con muchos profesionales en sus diferentes staffs, tiene la experiencia de pocos.
Y en las distancias cortas supongo que será un amigo para lo que necesites.
Si puede hacerte un favor te lo hace. Además siempre está dispuesto a atender a la gente que le para y le pide una foto, es muy cercano. En Trípoli, o en el lugar donde estemos concentrados con el equipo, siempre estamos él, Ramón Catalá y yo. En Libya vivimos en una urbanización en la que convivimos muchas horas. Puedo decirte que a pesar de la diferencia de edad me encuentro muy a gusto tanto con él como con Ramón y no echo tanto de menos el día a día con los amigos como pudiera hacerlo, ya que el país ahora mismo no ofrece muchas posibilidades de esparcimiento para alguien de mi edad acostumbrado a las posibilidades que tenemos aquí.
¿Seguirás en Libia?
Si tanto el entrenador como la federación quieren sí. Yo sin dudarlo.
Y el Athletic está dibujando una temporada ilusionante. La Champions se ha convertido en un objetivo real.
El punto fuerte del equipo este año es la regularidad. Todos mis amigos son del Athletic y suelen comentar por el móvil los partidos y dan sus opiniones, este año parece que están contentos... jajaja. La Champions siempre tiene que ser un objetivo real para el Athletic. Otra cosa es que no se pueda luchar contra grandes presupuestos de otros clubs o que el mercado de jugadores esté más limitado, pero sin duda el Athletic tiene algo que ningún equipo tiene, su marca de identidad que le permite de vez en cuando estar arriba en la clasificación para sorpresa de muchos.
P.D: En la imagen, ALEX FERNANDEZ aparece el primero por la izquierda.
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