sábado, 1 de octubre de 2016
MALAGA 3-ATHLETIC 4: EL PARTIDO QUE JAMAS PUDO OLVIDAR EL GRAN JOAQUIN PEIRO
Hace cuatro años tuvimos el privilegio de contar con el gran Joaquín Peiró en un ‘Encuentro con los Ases’. Se trata de un foro de diálogo que el Diario AS organiza en cualquier punto de España. Ese día el protagonista era el Málaga. En un aparte enfatizábamos entrañables batallitas. “Joaquín: ¿Cuál ha sido tu mejor y tu peor recuerdo como entrenador del Málaga? Degustábamos una refrescante caña de cerveza. A Peiró le encantaba que estuviera bien tirada y con dos dedos de presión. Tras apurarla con delicia rememoró. “Mis mejores recuerdos son muchos. El ascenso, ganar al Barcelona en su campo por 1-2, la Intertoto (competición oficial un grado inferior a la Copa de la UEFA -hoy Europa League- ya desaparecida) que le ganamos al Villarreal, el cariño de la gente o la suerte de vivir aquí cinco años inolvidables”. ”¿Y el peor? Da otro sorbo a la cerveza. “Te podría decir que el día donde el Boavista nos eliminó por penaltis en unos cuartos de final de la Copa de la UEFA. Pero, ¿sabes? Hay una derrota que aún tengo clavada. Un 3-4 que nos metió en casa el Athletic”.
Peiró no es el único a quien le duele ese recuerdo. Rebobinamos en el tiempo. ¿Por qué cada vez que viene el Athletic a jugar a Málaga lo primero que se nos viene a la cabeza es un partido jugado el 13 de octubre de 1999? Han pasado casi 17 años y parece que fue ayer. El Málaga de Peiró era un formidable Málaga. El once inicial fue el siguiente: Koke Contreras; Ruano, Txomin Larraínzar, Mikel Roteta, Valcárce; Rufete, Movilla, Sandro, Agostinho (Ariel Zárate); Edgar (Darío Silva) y Catanha. El Athletic tampoco estaba nada mal: Imanol Etxeberría; Lacruz, Alkorta, Patxi Ferreira, Felipe; Alkiza, José Mari (Urrutia), Edu Alonso, Javi González (Joseba Etxeberría); Sivori (Tiko) y Ezquerro.
El Málaga salió como un torbellino. Debemos decir que ni con Pellegrini vimos un Málaga jugando de esa manera maravillosa, al menos aquella noche. Bordada el fútbol, combinada de manera primorosa y desarbolaba a un Athletic que, sin embargo, se adelantó en el marcador con un gol de Alkorta a los 22 minutos. El Málaga no se derrumbó. Cinco minutos después empató Edgar, a los 48 Catanha, de penalti hizo el 2-1 y 12 minutos después el ‘Cangrejo Rojo’ repitió. ¡3-1! El Málaga era un huracán imparable. Dominaba de manera avasalladora con tiros a la madera, ‘unos contra uno’ desaprovechados y una afición enloquecida que hacía la ola. El Athletic parecía entregado y resignado a mantener abierto su paraguas. Pero no. “Este equipo, por mal que esté, nunca baja los brazos recordaba Peiró”. A los 72 minutos Lacruz tiró por tirar desde fuera del área y superó a un Contreras que estaba relajado. Tal era la tremenda superioridad ofensiva que se confió. Todos se confiaron. Un escalofrío recorrió La Rosaleda. “¡A ver si nos van a empatar!”. El Málaga siguió igual. Avasallando. Mas a los 88 minutos Contreras falló estrepitosamente en un despeje y Lacruz, que pasaba por allí, puso el 3-3 ante el asombro de todos. Y en la última jugada del encuentro Joseba Etxeberría, que estaba en la línea de fondo y sin ángulo, inventó un trallazo sin pensárselo dos veces (si se lo hubiera pensado una sola seguro que no tira, ¡seguro!). El balón se coló por la escuadra. De cien veces solo entra uno y aquel fue el día. Contreras se quedó pálido, La Rosaleda muda y el Athletic celebrando una victoria que ni se imaginaba.
Cuando bajamos a los vestuarios, La Rosaleda era un velatorio. Nadie hablaba en el bando malagueño. Se me acercó Íñigo Larrainzar, el hermano del malaguista Txomin, que ese día no jugó. “No veas que suerte hemos tenido”. Joaquín Peiró, que siguió su carrera con éxito, jamás olvidó aquella infausta noche. Hoy, a sus 80 años cumplidos, reside en Madrid arropado por la gente. Su salud ya no es la mejor, pero Málaga le recuerda con pasión porque fue el entrenador del ascenso a Primera tras una década de calvario.
Artículo de CARLOS CARIÑO. Delegado del DIARIO AS en Málaga.
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