El triunfo en Villarreal ha inundado de una tremenda alegría a los aficionados rojiblancos. Algunos nos hemos vuelto tan locos que ya pensamos que alcanzar el séptimo puesto es tarea fácil. Empezamos a hacer nuestras cuentas y salen a la perfección. Otra cosa diferente es que el mejor equipo del mundo espabile en este tramo final y demuestre que lo sucedido en el grueso de la temporada ha sido una auténtica pesadilla. Si ganamos al Depor y los rivales que nos preceden fallan... pues igual hasta va sonando la flauta poquito a poquito. Ojalá.
Sin embargo, me gustaría detenerme en una cuestión que me ha dejado atónito. Algunos ya quieren enterrar a Aduriz. Y uno de ellos es nuestro propio técnico Cuco Ziganda, así de clarito. Sus cinco suplencias consecutivas lo certifican. Porque es cierto que tiene algún problemilla físico...pero está para jugar.
Señoras y señores, Aduriz merece un respeto... pero un respeto mayúsculo. Algunos olvidan muy rápido. En las últimas cinco temporadas se ha convertido en mito del Athletic por méritos propios. Absolutamente nadie le ha regalado nada de nada. Se lo ha tenido que currar con mucho sufrimiento. Su gran objetivo era triunfar de local en San Mamés... y lo ha conseguido con creces. Tuvo que salir dos veces, la primera para meterse en el fango del mundo balompédico, demostró ampliamente su valía, regresó a Bilbao... y lo ha bordado. Con números en la mano, quizás sea nuestro mejor goleador en los últimos 50 años superando a otro mito llamado Daniel Ruiz Bazán. Sus números son estratosféricos, ha marcado 142 en seis años... y aún tiene siete jornadas por delante. Por lo tanto, merece un respeto...pero un respeto grande como el Teide. Como decimos en Canarias, un respetito es muy bonito. Aduriz se ha ganado con hechos, con amor infinito a nuestros colores, estar estas últimas jornadas sin anotar. Así de clarito. Otros, cosechando muchísimos menos méritos que el delantero donostiarra (juegan un partido bueno cada diez)... son enaltecidos en algunas tribunas por los pelotas de turno. En cambio, Aduriz tiene una hoja de servicios intachable. Sobresaliente. De Matrícula de honor. Ni muchísimo menos está acabado. Sólo dejar entrever esta estupidez... supone una tremenda locura. Volverá a meter goles... y lo hará muy pronto. Me juego lo que quieran.
En fin, repito por enésima vez. Un respeto a Aduriz. Un respeto grande, grande, grande... y más grande. Es un mito viviente rojiblanco. ¡Aupa Aritz!
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