Si queremos encontrar dos lugares en el planeta totalmente opuestos en lo referente al trato que se le dispensa al jugador canterano, Bilbao y Tenerife encarnan mi teoría.
Vizcaya ama lo propio, se trabaja denodadamente con los txabales con el fin de que se consoliden en la élite, se les da oportunidades sin miedo alguno,... y lo más importante cuando debutan reciben la confianza del entrenador y sobre todo el apoyo absoluto de la parroquia rojiblanca. Salta un katxorro a San Mamés y desde que recibe la primera pelota es aplaudido y vitoreado para que se sienta respaldado. Y encima si falla, el público se entrega y le demuestra con sus ánimos que si él quiere lo tiene todo para triunfar. Y así durante muchos partidos... No es flor de un día.
Hay infinidad de ejemplos. Y quien escribe ha vivido alguno en directo en La Catedral. El debut de un lateral izquierdo llamado Moyá ante el Getafe en la campaña 2004-2005 donde el txabal no estuvo fino y sin embargo tuvo el amparo de la afición desde el minuto uno al noventa. O en el pasado ejercicio recordamos el estreno del portero Raúl ante La Real Sociedad. El chico sustituía a Iraizoz en un momento crucial y desde que saltó al verde notó el calor de todos nosotros.
Aquí en el islote, la historia recorre un sendero muy distinto. En primer lugar, se le niega el pan y la sal a los canteranos. En los últimos años hemos vivido diferentes estrenos más por obligación que por devoción. Y encima el gran público es muy cruel. Si un jugador de la casa falla lo llaman de petardo pa arriba (yo lo he vivido en El Heliodoro Rodríguez López). En cambio, si el foráneo tiene un debut negativo comentan que "hay que darle tiempo" o si hace cuatro virguerías "ya la comparan con Maradona". Y es que recuerdo un Tenerife 1-Athletic 0, con la puesta de largo de Redondo, donde este futbolista hizo cuatro virguerías de cara a la galería... ¡y el graderío casi de cae abajo". Así son la gran mayoría en el terruño canario... y quien lo niegue es un mentiroso.
Vizcaya ama lo propio, se trabaja denodadamente con los txabales con el fin de que se consoliden en la élite, se les da oportunidades sin miedo alguno,... y lo más importante cuando debutan reciben la confianza del entrenador y sobre todo el apoyo absoluto de la parroquia rojiblanca. Salta un katxorro a San Mamés y desde que recibe la primera pelota es aplaudido y vitoreado para que se sienta respaldado. Y encima si falla, el público se entrega y le demuestra con sus ánimos que si él quiere lo tiene todo para triunfar. Y así durante muchos partidos... No es flor de un día.
Hay infinidad de ejemplos. Y quien escribe ha vivido alguno en directo en La Catedral. El debut de un lateral izquierdo llamado Moyá ante el Getafe en la campaña 2004-2005 donde el txabal no estuvo fino y sin embargo tuvo el amparo de la afición desde el minuto uno al noventa. O en el pasado ejercicio recordamos el estreno del portero Raúl ante La Real Sociedad. El chico sustituía a Iraizoz en un momento crucial y desde que saltó al verde notó el calor de todos nosotros.
Aquí en el islote, la historia recorre un sendero muy distinto. En primer lugar, se le niega el pan y la sal a los canteranos. En los últimos años hemos vivido diferentes estrenos más por obligación que por devoción. Y encima el gran público es muy cruel. Si un jugador de la casa falla lo llaman de petardo pa arriba (yo lo he vivido en El Heliodoro Rodríguez López). En cambio, si el foráneo tiene un debut negativo comentan que "hay que darle tiempo" o si hace cuatro virguerías "ya la comparan con Maradona". Y es que recuerdo un Tenerife 1-Athletic 0, con la puesta de largo de Redondo, donde este futbolista hizo cuatro virguerías de cara a la galería... ¡y el graderío casi de cae abajo". Así son la gran mayoría en el terruño canario... y quien lo niegue es un mentiroso.
Y luego analizamos otra vertiente. Algunas voces de peso comentan que "un chico que está jugando en el filial de tercera o incluso en Segunda B es casi imposible que pueda llegar al primer equipo". Es la triste mentalidad que anida aquí en Tenerife y que echa por tierra a mucho pibe con condiciones que se queda en el camino porque los aburren... aunque las cosas en los últimos tiempos afortunadamente ha cambiado. El canterano tinerfeño se ha hecho más fuerte psicologicamente y no tiene miedo a emigrar porque si espera a que el conjunto del Padre Teide cuente con sus servicios se puede hacer viejo.
Y el caso que se me viene a la cabeza con suma rapidez es Pedrito, integrante del F.C. Barcelona y uno de los mejores jugadores del mundo en estos momentos. ¡Resulta inconcebible e inadmisible que este chico haya marchado hace unos años a Cataluña sin haber pertenecido a la disciplina del C.D. Tenerife!. ¿Dónde estaban los ojeadores blanquiazules?. Pues antiguamente alguno se dedicaban más a echarse el vasito de vino en la cantina de los estadios que a observar jugadores. Así de clarito porque lo sé de buenas fuentes.
Pedrito, campeón de absolutamente todo en los tres años que lleva en la primera plantilla del Barcelona, futbolista de un nivel impresionante y que encima se ha consolidado en la selección española. Y lógicamente no podemos olvidar a su compañero Jeffren, al que las contínuas lesiones le han impedido actuar con asiduidad... Porque en caso contrario le hubiese quitado el puesto a Alves debido a que su calidad es infinita y cuenta con la confianza de Guardiola.
Luego, hay más ejemplos. El flamante fichaje del Betis Mario con una amplia experiencia en la máxima categoría (Valladolid, Barcelona, Recreativo, Getafe,...) que en edad infantil se enroló en las filas del At. Madrid porque aquí lo ignoraron por completo. Sin omitir a Ayoze I (Racing de Santander, Ciudad de Murcia, Mallorca,... y puede acabar en el Osasuna o Deportivo), Ayoze II (al que los problemas físicos la campaña pasada no le han permitido demostrar su enorme categoría en Gijón), Ricardo (nuevo componente del Sporting), Vitolo que jugó en Santander y Celta y ahora está en Grecia,... o Angel que lleva 16 goles con el Elche en Segunda... dejándome otros nombres en el tintero.
Lo mejor que le puede suceder a un jugador tinerfeño es "mandarse a mudar"(irse en término canarios) porque el futuro de que dispone en su propia casa es muy negativo. E insisto, calidad hay a borbotones. Lo que necesitan los chicos son 30 o 35 partidos, es decir, la misma confianza que se le concede al foráneo.
Afortunadamente, nosotros, el Athletic, amamos a lo nuestro y el día que nuestra bendita filosofía cambie, yo no querré saber de fútbol ni un minuto más. ¡ES UN ORGULLO TREMENDO SER DEL MEJOR EQUIPO DEL MUNDO, EL ATHLETIC!. Otros deberían aprender y mirar lo bueno que anda por el islote antes de ir a buscar auténticas medianías llegadas del exterior.
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