Ya lo había anunciado en "Harrobi" hace algunos días. La opción Urrutia como presidente de nuestro Athletic se va a decantar por un técnico extranjero... más desconocido que un servidor en el mundo del tenis, apuntaría yo. Miren que se ha hablado de Valverde, Laudrup, Luis Enrique, De Boer, Louis Van Gal, Rikjaard,... y al final llegará uno que ni ellos mismos conocen su nombre. Urrutia and company están perdidos y el único perjudicado será nuestro Athletic. Sólo con sentimiento no vale. Se necesita gestión, capacidad de análisis y movimiento... y de momento Urrutia no contagia optimismo.
Ahora bien, lo que me está sorprendiendo negativamente es que según Deia, la opción Macua se replantee seguir con Kaparrós de técnico. Dicen que hay muchas voces en la plancha del abogado bilbaíno que reclaman un cambio. Y yo contesto:¡Qué permuta ni que leches!. La labor de Jokin en el conjunto rojiblanco ha sido impecable y se merece continuar... sin duda alguna. Lo que sucede es que ustedes, señor Macua, con esta presumible actitud (y digo presumible porque los medios venden algunas motos sin rueda y período de garantías) da la impresión de estar más pendiente de lo que hace Urrutia que de ustedes mismos.
Ya lo había manifestado hace algunas semanas. Si ustedes señor Macua se preocupan de "la tarea"(digo tarea por decir algo porque no ha hecho nada) de Josu Urrutia, saldrá afectado en primer lugar nuestro Athletic y luego usted que verá peligrar su vinculación con el mejor equipo del mundo.
Señor Macua, usted tiene un bagaje muy importante sobre sus espaldas. Dos participaciones europeas y una Final de Copa en cuatro años tras salvarnos de un descenso cantado en 2007, una buena gestión económica a pesar de lo que digan algunos, un crecimiento del sentimiento Athletic,... lo único que debe hacer de una vez es confirmar a Kaparrós de técnico porque se lo merece con creces. Y luego certificar las posibles entradas de Alkorta, Ferreira o Isma Urzáiz.
Lo mejor para nuestro Athletic es que usted señor Macua siga de presidente, pero no intimidado por Urrutia a la hora de elegir la figura del míster.
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