Aitor Ocio se emocionó en su despedida del Athletic. Sus lágrimas parecieron sinceras y dejaron un pozo de lo que pudo haber sido y no fue.
Desde la distancia no tiene pinta de mal tío el defensa vitoriano. En una ocasión pude hablar con él por un tema de mi blog y me llamó la atención su humildad y las explicaciones que me dio... en el sentido positivo evidentemente.
Pero remitiéndonos a su faceta deportiva por unas razones o por otras los aficionados al Athletic no hemos quedado satisfechos con su rendimiento sobre todo en su segunda etapa en San Mamés.
Llegó en 2007 y no asumió el rol que le correspondía, es decir, hacerse dueño de la defensa rojiblanca. Se le veía muy tensionado, no logró formar un dúo infranqueable con Amorebieta y fue perdiendo peso. Luego, las lesiones lo apartaron de los terrenos de juego y le fue imposible recuperar el puesto.
Además, la ampliación de su contrato por parte de Fernando García Macua no le benefició y originó muchas críticas porque algunos lo vieron como un favor personal...
Repito, desde el más profundo respeto esperábamos otra cosa de Aitor Ocio. Sólo queda desearle mucha suerte y ojalá pueda seguir jugando al fútbol. Un abrazo Aitor.
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