sábado, 10 de marzo de 2012
LARRAINZAR: "AUN RECUERDO LA CARA DE ALUCINADO DE MI PADRE A MI LLEGADA A IBAIGANE" ( II PARTE )
¿Cómo te incorporas a la cadena de filiales de Osasuna?
Mi vida en Osasuna empieza realmente a los trece años. Hasta ese momento, desde los siete, estaba jugando en el Club Deportivo Pamplona, club por el que siento agradecimiento porque realmente es ahí en esa edades, donde a los chavales se les inculca los valores del deporte en general, no sólo del fútbol. Después a los trece, y por mediación de Pedro Mari Zabalza que es quien nos ha seguido desde críos a mi hermano Txomin y a mi, fichamos por Osasuna. A partir de ahí todo fue muy deprisa. Fui pasando por todas las categorías hasta llegar al primer equipo, donde me consolidé.
Y muy pronto, con 18 años, te ves en la élite con veteranos de la talla de Castañeda o Pepín...
Yo era un criajo. Es bastante difícil asimilar con tan poca edad el estar jugando de repente, casi de un día para otro, en el primer equipo de tu ciudad, con jugadores que en algunos casos podían ser mi padre... jajaja. Era complicado porque a pesar de que era un chaval extrovertido se hacía difícil al principio meterte en la dinámica de compañeros que te doblaban la edad. Allí estaba yo con Pepín , Castañeda, Martín González, Urban, De Luis, Ibáñez, el Cuco Ziganda... Aunque me sentía extraño, el recibimiento fue increíble, lo que me enseñaron y cómo me trataron entre todos, nunca lo olvidaré.
Segunda temporada, 90-91, en Osasuna. 0-4 en el Bernabéu y cuarto puesto ¿Cómo recuerdas la hazaña en la capital?
La recuerdo como si la estuviera viendo o jugando ahora mismo. A lo largo de nuestras carreras hay partidos y situaciones que las tienes metidas en la cabeza aunque pase media vida, y esa es una de ellas. El partido fue increíble porque nosotros éramos un equipo pequeño y modesto vapuleando a todo un Real Madrid, en el que por entonces, entre otros estaban toda la Quinta del Buitre... Fue uno de esos partidos en los que todo te sale perfecto y ves que haga lo que haga el contrario no va a poder contigo. Además, esos años nosotros contábamos con una plantilla de gran calidad tanto futbolística como humana y eso se nota dentro del campo. Los que lean esta entrevista y hayan jugado a cualquier deporte colectivo sabrán de lo que estoy hablando... ¡Y logre el cuarto gol! con lo cual, más no se puede pedir.
¿Qué significado tuvo jugar con tu hermano Txomin en Primera División?
Ha sido de lo mejor que me ha pasado en la vida. No sólo jugar con el en Primera División, sino por jugar con él en las diferentes categorías. Desde que empecé a jugar con siete años hemos compartido absolutamente todo: partidos, entrenamientos, derrotas, victorias, frío, calor... Ha significado una referencia para la vida en general, en lo deportivo y en lo personal y eso no tiene precio. Además, tener a mi hermano jugando siempre en una categoría por encima supuso un afán de superación en mi increíble. Siempre tenía ganas de llegar a estar con él, de viajar y lograr lo que él lograba... Ahora lo pienso y me río, pero en esto del fútbol hay muchas personas a las que se les debe algo. Aunque sea simbólico o simples palabras de agradecimiento, y mi hermano es una de ellas, así que, por si lees esta entrevista: "GRACIAS POR TODO".
Año 93 ¿Cómo llega la oferta del Athletic a El Sadar?
Fue algo que ya se venía rumoreando durante ese año. Cabía la posibilidad de que el Madrid fichase ese verano a Rafa Alkorta, así que, el Athletic debía de intentar fichar a algun jugador para calmar a una afición que se había tomado muy mal la posible salida de Rafa de Bilbao. Ese verano, antes de acabar la temporada, mi presidente, Ezcurra, me dice que me va a renovar por tres años más y me sube la claúsula de rescisión de 15 a 200 millones de pesetas. Yo, por supuesto que renuevo encantadísimo por el club en el que estaba jugando de 35 a 40 partidos por temporada; con lo que creo que tenía más que ganada la renovación y como consecuencia un aumento de sueldo. La sorpresa vino después cuando al finalizar la campaña, recibo una llamada diciéndome que el Athletic me quiere fichar y que desde Ibaigane ya se tiene preparada la operación y que todo esta ya hablado con el presidente de Osasuna. A partir de ahí yo me pongo de acuerdo con el Athletic y ficho por cuatro temporadas. Todo parecía lógico ya que todas las partes estaban contentas... hasta que al día siguiente de despedirme de Osasuna sale, el que había sido mi presidente, diciendo que: "no quería en la plantilla a nadie que no estuviese a gusto en el club".... Por supuesto yo aluciné en colores cuando él había sido el primero en ponerse de acuerdo con el Athletic para que yo me fuese y cobrar la claúsula de 200 millones ¡Con lo fácil que hubiese sido darnos un apretón de manos y agradecernos mutuamente los años compartidos! Se ve que a veces para quedar uno bien hace falta pisar o menospreciar al de al lado.
¿Hubo que trabajar a destajo porque en los primeros años el público no olvidaba a Alkorta?
La verdad que no. Yo voy a Bilbao a jugar y el recibimiento fue increíble, desde mi llegada a Ibaigane (aún recuerdo la cara de alucinado de mi padre... jajaja) en el día de la presentación, hasta el primer entrenamiento, todo salió a pedir de boca. Además, conté con dos buenos aliados, Patxi Rípodas y el Cuco que me instaló en su casa y a pocas no me saca... jajaja. Después llegaron los partidos, el míster me colocó de central junto al capitán Genar Andrinúa. Y tras unos partidos un poco nervioso y dubitativo, exploté y empecé a jugar y a divertirme en el campo, cosa difícil de conseguir en el ámbito profesional. Además, en el primer año la afición me eligió como jugador número 12, ese trofeo lo agradecí muchísimo porque reforzó mi trabajo.
Y fue llegar y besar el santo. Clasificación para la Copa de la Uefa con históricas victorias.
Sí. Fue un año especial, jugábamos un fútbol vistoso y alegre, y como consecuencia llegamos a Europa. Fueron partidos muy bonitos sobre todo el jugado contra el Newcastle, con un ambientazo que recordaré de por vida.
Momento difícil. Ultima cita de la liga 95-96 ante el Rayo. Casi bajamos a Segunda ¿Hubo muchos nervios esa semana?
Sí, quizás el momento mas delicado de mi estancia en Bilbao. Hubo muchísima tensión dentro y fuera del vestuario. Al final todo salió bien y pudimos seguir disfrutando del Athletic donde tiene que estar.
¿Qué aportó Luis Fernández al Athletic?
Aportó sobre todo a su llegada, un aire fresco y divertido al vestuario. Inculcó su manera de ser extrovertida, divertida, optimista, alegre... Eso es lo que buscaba en nosotros, que fuésemos descarados y atrevidos em el campo. Quizas no era un gran extratega, quizas sus tácticas no eran las más adecuadas, pero tenía una fuerza personal que la trasladaba al vestuartio, un punto de locura comedida que hacía que todo fluyese a la perfección. Recuerdo que lo que primero instauró fue que en los partidos de casa, toda la plantilla después del los partidos, se ganase o se perdiese, junto con las mujeres o novias, nos íbamos a cenar y a tomar una copa por ahí. Con esa clase de tonterías hizo que el vestuario fuese si cabe más unido y solidario. Hizo que todo el mundo remase en la misma dirección y disfrutásemos del fútbol, sobre todo sus tres primeros años.
Temporada 97-98... Subcampeones de Liga ¿Qué recuerdas de la celebración en San Mamés y del recibimiento en el Ayuntamiento?
Es otro albúm fotográfico que nunca se nos borrará de la cabeza. Ese último partido en San Mamés, ese estadio lleno a rebosar, el momento del gol, el pitido final, las celebraciones en el campo... la de después... Fue todo increíble, tanto el recibimiento en la Diputación como en el Ayuntamiento ¡¡¡Ver a todo Bilbao en la calle de fiesta, de celebración porque su equipo había quedado segundo en la Liga!!! Era para celebrarlo y bien que lo hicimos. Todavía si lo recuerdo bien me entra un poco de resaca ¡Por Dios vaya pedo que pillamos... jajaja.... bueno nosotros y toda la ciudad...!
Verano del 98. Pasas por el quirófano...
Fue una pena. Tenía problemas en la rodilla izquierda y había que solucionarlo de la mejor manera. Marché a Finlandia con Sabino Padilla y arreglamos el roto que tenía ahí dentro. Pasé tres meses de recuperación y a jugar otra vez. Son momentos difíciles para el jugador, aunque también es una manera de ver lo positivo en todo ese tiempo que estás parado y reflexionar de la suerte que tenemos cuando estamos bien.
Llegas a tiempo de saborear la Champions con triunfo ante el Galatasaray.
Llegué un poco justico... pero llegué. Fueron partidos para disfrutar del justo premio que habíamos conseguido el año anterior y creo que lo hicimos. Fuimos dignos rivales para todos nuestros adversarios y dejamos buena imagen en Europa.
Curso 2001-2002. Casi jugamos la Final de Copa ante el Deportivo. Semifinal ante el Madrid.
Fue un auténtica lástima, pero... no tenía que ser y no fue. Lo dimos todo y hubiésemos dado cualquier cosa con tal de haber jugado y sentir lo que es una Final. En aquella ocasión el Madrid estuvo más fino que nosotros y nos eliminó. Toda una lástima. Así son las cosas, me quedé a las puertas de una Final que luego ya nunca regresó.
19 de enero de 1994. Amistoso de España ante Portugal ¿Conoces a un señor que se llama Iñigo Larraínzar que debutó en ese partido?
Jajaja... Me suena de algo... Ese año me salió una temporada muy buena. Fue mi llegada a Bilbao y teníamos un equipazo. Fue el año que fichó Xavi Eskurza por el Barca y lo recuerdo por la banda como un auténtico cohete. También contábamos con Ander Garitano que se salía, Josu Urrutia (que me alegra mucho verlo ahora ahí), Ritxi Mendiguren, Txingurri, Lakabeg, Aitor Larrazábal, Cuco, ese año debutó Julen y se salió también... En fin, que lo mío fue una consecuencia del buen juego del equipo, así que Clemente, que por entonces era el seleccionador, me llamó para jugar contra Portugal. Jugué de lateral izquierdo y eso que llevaba toda la temporada jugando de central (todavía no lo entiendo, pero bueno...) Empatamos a dos, jugué todo el partido marcando a Rui Barros, jugador muy rápido y con el que tuve una buena pelea. Después de ese día ya no me volvió a llamar. Fue una buena y bonita experiencia.
Año 2003 ¿Cómo es la despedida del Athletic? ¿Es buena tras diez temporadas de estancia en el club?
Triste, muy triste. Creo que nadie puede definir o explicar con palabras las emociones o los sentimientos que en esos momentos se te pasan por la cabeza. Cuando estás a gusto en un sitio y te quieres quedar resulta difícil aceptar que tienes que marchar, que tu etapa ha finalizado, que hay un cambio generacional y que tienes que hacer sitio a los que vienen por detrás. Todo eso es duro. Sin embargo, es parte de la propia vida del deportista y lo tienes que asimilar y aceptar porque si no ,en caso contrario, estás jodido y tienes un serio problema.
Juegas en el Córdoba y te retiras. A partir de ese momento ¿por dónde encauzas tu vida? Me he enterado que te gusta recorrer los montes del extranjero...
A partir de mi salida del Athletic caigo en Córdoba, ciudad de la que guardo un recuerdo muy bonito y en la que me acogieron con mucho cariño. Desafortunadamente en el aspecto deportivo no nos fue tan bien. El primer año nos libramos de descender en el último partido y al año siguiente tras una lesión de espalda y de un dura recuperación, decido retirarme en las vacaciones de navidad. Mi físico estaba bien, pero mi mentalidad, mi ambición y mi espíritu competitivo habían cambiado, algo se había transformado y no sentía lo mismo por el fútbol. Decido coger la maleta e irme para Pamplona. Pienso, estoy bien, soy joven y me apetecen hacer un montón de cosas que con el fútbol no las podía hacer. Empiezo una nueva vida alejada de los campos de fútbol, de los entrenos y del balón. Sigo conectado al deporte, la naturaleza, a encontrar sitios increíbles por el mundo y gente con la que compartir buenos momentos, bien sea haciendo snwboard, escalando, haciendo bici o tomando una cerveza por ahi... En fin, que estoy feliz como una perdiz como podéis ver. Un saludo y sobre todo ¡¡¡AUPA ATHLETIC!!!!
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