Quien no quiera ver el cambio sustancial que ha experimentado Nuestro Athletic... es que le hacen falta unas gafas de aumento... ¡pero de las potentes eh! Los leones eran un equipo moribundo con Berizzo, nuestros jugadores estaban agotados y desesperados en el césped, la cámara los enfocaba y estaban literalmente acabados porque ni luchaban ni asimilaban las ideas del técnico. Y esto no es un invento mío. Ahí están las imágenes que lo certifican... a pesar de que algunos digan que la unión jugadores-entrenador era total. Yo tengo el derecho a no creérmelo. Podrían llevarse de p.m. Sin embargo, lo más importante, encajar piezas y ganarte el coco de los futbolistas... cero patatero.
Y llegó Gaizka Garitano, natural de Derio, con su inseparable Patxi Ferreira, León de los buenos, y transformó el espíritu de nuestros jugadores. Bueno, para ser más exactos, les resucitó el espíritu porque estaba tieso... en el otro mundo para ser más concretos. Y me remito a los hechos que es la única verdad del mundo del fútbol. El Athletic superó al Girona mostrándose como un auténtico equipo, con pocas fisuras, con alma, con corazón, con garra y casta; sumó un valioso punto en Mendizorroza; "nos pegamos un pequeño tortazo" con el Valladolid en San Mamés... y ganó con toda justicia en Balaídos. Me gustó el Athletic en tierras gallegas. Presión, garra... y verticalidad. Ese es nuestro fútbol. Verticalidad, rapidez, centros envenenados... y gol. Lo demás, el juego de salón es una solemne tontería. Supone perdernos en la más absoluta ruina. Recuerden cuatro partidos de Garitano como técnico del conjunto rojiblanco y no conoce la derrota, dos triunfos y dos empates. Debemos valorarlo en su justa medida.
Sin embargo, y a pesar de nuestra tremenda felicidad, no todo es maravilloso. Los fallos que seguimos cometiendo en defensa son inadmisibles. No pueden suceder en la vida. El gol encajado en el minuto 46 de la primera parte en Balaídos es de patio de colegio. Y el remate de cabeza del jugador del Celta en el minuto 96, solo a escasos dos metros de Herrerín, es... me callo porque iba a decir una burrada. Debemos solucionar de una vez por todas los errores en retaguardia. No es pecado mortal marcar como una lapa o enviar el balón al quinto pino si es necesario.
En fin, vamos bien, el cambio es radical y debemos refrendarlo este jueves ante el Sevilla en Copa. ¡¡¡AUPA ATHLETIC HASTA EL INFINITO!!!
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