Es una vergüenza lo que está aconteciendo tras la expulsión de la muñeca de porcelana en San Mamés. Algunos deberían colgar el portátil o el micrófono de por vida porque son una auténtica basura. No conocen el término dignidad y son capaces de cualquier cosa con el fin de amparar al más poderoso a costa de lo que sea. ¡¡¡Son una mierda coño!!!
Resulta bochornoso que la manipulación llegue al límite de dejar como el malo de la película a Carlos Gurpegui. Al final, el jugador de Andosilla tendrá que pedir disculpas.
Le duela a quien le duela, lo que hizo la muñeca de porcelana fue expulsión. Agrede a Gurpe sí o sí, no hay vuelta de hoja. Y luego monta un circo con Iturraspe provocando a diestro y siniestro acompañado en la pelea por los macarras Pepe, Sergio Ramos, Marcelo o Xabi Alonso. Esto es indiscutible. Las imágenes delatan a más de uno.
Sin embargo, algunos periodistas basura están vendiendo la historia a la inversa. Afirman sin ningún descaro que Gurpegui es un teatrero y que Iturraspe mereció la expulsión. Encima un dúo de payasos televisivos ha tergiversado las imágenes donde la muñeca de porcelana se dirige claramente al cuarto árbitro afirmando que ese gesto iba dirigido al público. Repito, estamos ante una banda de sinvergüenzas vendidos al poder establecido a los que entra la cagalera si deben reconocer la verdad, es decir, afirmar que la muñeca de porcelana metió la pata hasta el fondo.
Me gustaría saber qué hubiesen opinado si en lugar la historia hubiese sucedido en sentido contrario. Bueno, lo sé, la expulsión de Gurpegui sería clamorosa y no tendríamos lugar para el debate. Además, estos tipejos están alimentando la violencia. Están haciendo campaña de cara al choque Real Madrid-Athletic que se disputará la próxima temporada en Chamartín. Sí ya sabemos cómo nos reciben -- ahí esta pandilla de impresentables no tiene cojones para criticar los insultos que nos propinan una gran mayoría -- pues imagínense lo que nos espera y más concretamente lo que espera a Carlos Gurpegui. Si ya está acostumbrado a que le digan absolutamente de todo, esas vejaciones se multiplicarán por infinito gracias al amparo de estos lameculos.
Carlos Gurpegui es un caballero del deporte. Un profesional íntegro. Un jugador diez que está viviendo una segunda juventud tras superar una auténtica injusticia. Un jugador que no pellizca ni da arañazos al igual que sus compañeros sino que le pone toda la garra y la casta del mundo. Gurpe tendrá mi apoyo siempre y más en estos momentos donde le están faltando el respeto por enésima vez.
Y a los lametraserillos decirles que hay que tener un poco de dignidad a la hora de escribir o ponerse delante de un micrófono.
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