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jueves, 22 de octubre de 2015

IÑAKI TEJADA: "SI NO TUVIESE LA ILUSION DE ENTRENAR AL ATHLETIC, NO ME GUSTARIA EL FUTBOL" ( I )


IÑAKI TEJADA. Bilbaíno. Segundo entrenador del SPORTING DE GIJON, nuestro próximo rival liguero. En esta primera entrega, abordamos diferentes aspectos de su trayectoria futbolística.


Naces en el Botxo en 1965. ¿Eres del súper centro de Bilbao?...jejeje.
De Bilbao y de Rekalde.


E ingresas en el Athletic con 13 años procedente del Iturrigorri. ¿Cómo recuerdas aquel paso?
Fuimos ese mismo año del Infantil del Iturri, Luis Fernando, Edu Gallo y yo. Para los tres, era lo máximo que nos podía pasar. Recuerdo con muchísimo cariño a Iñaki Izaola. Fue mi primer entrenador en Lezama. Todo el trabajo lo hacíamos con balón, era muy exigente, pero siempre estaba para darte un buen consejo.


Y muy pronto, en la temporada 83-84, te proclamas Campeón de la Copa Juvenil con Nico Estéfano en el banquillo.
El año en el que el primer equipo consigue el doblete, el Bilbao Athletic queda segundo en Segunda División, nosotros Campeones en Juveniles... ¡Nos llevaron en La Gabarra! El Juvenil era un grupo de amigos que aún nos seguimos reuniendo para celebrarlo. Sólo perdimos un partido en todo el año, fue por un gol en propia puerta y el goleador fui yo.


Prácticamente eres de la misma quinta que Ayarza, Andrinúa, Txirri, Ayúcar...
Y Aguiriano que tenía unas condiciones inmensas y tuvo muy mala suerte con las lesiones.
Más pequeños que yo son Iñigo Lizarralde, Ferreira, Alkorta e incluso llegué a coincidir con Urrutia. Había un gran nivel.


Permaneces dos temporadas en el Bilbao Athletic (del 85 al 87) e imagino que el aprendizaje fue contínuo con dos auténticos mitos rojiblancos.
De Angel Iribar sólo se puede hablar bien, era el entrenador ideal para nosotros. Txetxu Rojo
 había sido mi ídolo como jugador, quedamos sextos en Segunda División.


En 1987 recalas en el Sestao. ¿Por qué decides abandonar el conjunto rojiblanco?
Por pura selección. No fui capaz de dar el nivel para el primer equipo.


Y en Las Llanas no llegas a debutar porque sufres una grave lesión de rodilla.
Me rompí el ligamento cruzado. Aquella época, no era como ahora. No me volví a encontrar bien y acabe dejándolo a los 27 años.


Y tras pasar por Marbella, Hospitalet, Gandía y Lugo... ¿por qué acabas residiendo en Gijón?
Conocí a mi mujer en Portugalete, no se me ocurrió pedirla el DNI y resultó que era asturiana afincada en Portu. Al cabo de unos años, nos casamos y ya sabéis lo del matriarcado en casa.


Número uno de tu promoción de entrenadores en Asturias, comienzas a trabajar en el Sporting con la base.
Cuando vine a Gijon, sólo era para un año y aproveché para sacar el primer nivel. Luego, se alargó la estancia y acabé sacando los tres niveles.
Me ofrecieron participar en el Campus de Mareo en verano como entrenador. Lo que iba a ser ocho semanas se ha convertido en dieciocho años .


Marcelino te da la oportunidad en el primer equipo...
En Mareo de aquella época, yo llevaba la coordinación del fútbol base además del Cadete. Marce estaba en el Sporting B. Por desgracia, murió el segundo entrenador del B; dejé el Cadete y pasé al B además de seguir con la coordinación. Luego, subimos al primer equipo en una situación complicada ya que estuvo al borde de la extinción. Ese mismo año casi logramos el ascenso. Al año siguiente, Marce decidió salir al Recreativo de Huelva. Me ofreció ir con él, pero acababa de tener a mi hija. Además, Eloy Olaya, que era el secretario técnico, me pidió que siguiera en el club y tome esa decisión.


Y has trabajado con dos entrenadores con muchísimo carácter. Manolo Preciado q.e.p.d. y Javier Clemente.
A Manolo Preciado le encantaba Bilbao y para él era un sueño entrenar al Athletic.
Javi llegó en un momento muy complicado, pero consiguió que todo el mundo que estaba en el primer equipo lo apreciara y para mí fue una suerte compartir vestuario. 


Tu trabajo en el Sporting recibe multitud de elogios. Sin embargo ¿por qué no se ha alargado el hecho de verte sentado en el banquillo como cabeza visible?
En el Athletic me enseñaron a hacer las cosas lo mejor posible. Cuando subí al primer equipo con Marcelino podía haberme quedado en el Sporting B de entrenador. Sin embargo, en aquel momento decidí subir de segundo al primer equipo y ahí sigo intentando hacerlo lo mejor posible.


¿Tu ilusión es entrenar algún día al Athletic? 
Si conoces a alguien de Bilbao mayor de 40 años que no tenga la ilusión de entrenar al Athletic, es que no le gusta el fútbol.

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