CARMELO RODRIGO CALVO. Licenciado en Derecho. Socio del ATHLETIC desde 1980.
Aún no nos habíamos sentado -- tu y yo estábamos hablando por whatssap -- y nos metieron el primer chicharro... ¡¡¡Increíble... pero cierto!!!
Así fue. Esos goles duelen especialmente, tanto desde el punto de vista sicológico como táctico, ya que en el vestuario se ha elaborado un esquema pre partido determinado y se hace trizas a las primeras de cambio. Casi siempre es un palo gordo… aunque a veces sirve para espabilar rápidamente, como acicate.
Y el segundo gol encajado... ¡¡¡Dios Mío, Dios Mío...!!!
Los primeros veinte minutos fueron, por parte del Athletic –de todos- una exhibición de despistes y falta de concentración, de intensidad. Incluso nos quedamos contentos con que los Payet, Ocampos, López, Germain, Thauvin... de turno, sólo nos metiesen dos goles.
En esta ocasión, fue Etxeita con un despeje al centro, pero desgraciadamente, no es la primera vez que esto sucede. Despejes al centro, despejes a los pies del rival a escasos cinco metros de la línea de gol, pérdidas de balón peligrosísimas... ¿Qué nos pasa?
No me gusta personalizar, porque aunque Etxeita comete un error muy “visible”, que va contra el catón del fútbol –despejar el balón hacia dentro del campo en lugar de hacia fuera, propiciando él solo una nueva jugada de peligro al contrario- también hace grandes partidos como, por ejemplo, en Moscú. Además, el hecho de que tanto Thauvin como Germain desbordasen continuamente, de que Payet diese una exhibición de control y dirección de juego sin oposición, de que apenas llegaran balones arriba en mínimas condiciones… no es culpa de Etxeita, sino de una actuación colectiva lamentable.
Y una pregunta clara: ¿cómo un entrenador permite estos lances? ¿El técnico dice en la caseta por ejemplo que el esférico hay que jugarlo sí o sí y evitar el despeje a toda costa?
Supongo que el míster agarraría el mismo “rebote” que pillamos todos los aficionados ante el televisor. No creo que sea cuestión de permitirlo, Iñaki; ahí o te cargas al jugador en una especie de castigo, o le mantienes la confianza. Optó por lo segundo y creo que acertó, pues Etxeita hizo una segunda parte decente, dentro del mal tono general, e incluso sacó bajo palos un gol cantado. En cuanto a lo que pudo decirles el Cuco en el descanso, y siendo –para mi gusto- un entrenador mucho más reservón y conservador que, por ejemplo, Txingurri, supongo que aconsejará más el patadón y tentetieso ante el peligro en el área, que la filigrana brasileira…
Cuco Ziganda. Como jugador tampoco era la alegría de la huerta, ¿lo ves apagado y sin recursos en la banda?
Le veo triste… pero no a él solo; también a Aduriz, Beñat, Raúl… Valdano dijo que el fútbol es un estado de ánimo y creo que es una verdad como un templo.
¿Abogas por el cambio mañana mismo?
Rotundamente no. No soy partidario de la alta cirugía excepto en casos extremos, y ahora mismo no es la situación. Esta temporada se nos escapa de las manos sin pena ni gloria; dejemos las cosas como están, que las “decisiones heroicas” las tomen otros (la mayor parte de las veces no sirven para casi nada), terminemos lo más dignamente posible y comencemos ya a trabajar en el futuro que comienza a partir de junio.
¿Realmente tenemos posibilidades de pasar la eliminatoria ante el Olympique?
Por resultado algunas, pero no muchas, a fuer de ser sinceros. Y desde luego, si los comportamientos, las actitudes de ambos equipos ayer en Marsella se proyectan a la cita en San Mamés, prácticamente ninguna.
Y este domingo arriba en La Catedral un Leganés que quiere sellar la permanencia cuanto antes...
El Leganés –al igual que el Éibar, el Getafe, el Girona, el Celta…- son equipos muy competitivos, cuyo mayor peligro radica en que las cuatro cosas que tienen en catálogo las hacen a la perfección. Son como esos restaurantes pequeños, semifamiliares, sin grandes cocinas ni cartas kilométricas, pero que preparan 4 ó 5 platos como para chuparse los dedos. Seguro que querrá certificar la permanencia lo antes posible, pero tampoco se van a volver locos porque les quedan seis puntos por conseguir, sobre 33 en juego, lo que les hará jugar con tranquilidad y cabeza fría… y posiblemente sea peor para nosotros.
El técnico pepinero es un ex rojiblanco, Asier Garitano. Su trabajo en Butarque es sobresaliente. ¿Podría ser una opción de futuro inmediato para el banquillo rojiblanco?
La mejor opción, a años luz de la siguiente, era la que ya teníamos en casa: Ernesto Valverde. Un hombre con el que en cinco temporadas disputamos finales, no fallamos ningún año a las citas europeas, jugamos a intentar ganar aunque ya ganásemos, a mantener la posesión el mayor tiempo posible, a no especular nunca con el resultado. Un hombre al que, cuando anunció su marcha, ninguno cantamos desde la grada esa muestra de cariño que hubiera sido: “¡¡Valverde, quédate!!” mientras que sí lo hicimos con otros infinitamente peores aunque más “mediáticos”. Dicho esto, Asier Garitano está haciendo una labor fantástica en el “Lega” y engrandeciendo su currículo particular. Aunque tengo para mi que ahora mismo el Athletic demanda un cambio más estructural que simplemente el inquilino del banco….
Recibimos al Leganés y visitamos al Barca. Siempre hay que ser positivo... pero la realidad de nuestro bendito equipo no invita a ello. ¿Dos resultados negativos nos puede ir introduciendo en terreno pantanoso?
Aunque no hay nada seguro en esta vida, estoy convencido de que no vamos a pasar ningún apuro clasificatorio. Seis puntos sobre treintaitrés serán suficientes para mantener la categoría. Eso requiere ganar dos partidos de once posibles. No tengo duda de que ganaremos esos dos compromisos… y alguno más, seguro. En terreno pantanoso están los cuatro últimos clasificados, que se van a pegar a muerte por hacerse con la única plaza que librará de la quema al que la ocupe. Nosotros, a terminar esta historia lo mejor posible… y a pensar que en el caso de unos cuantos jugadores, el ciclo está amortizado y toca hacer una renovación profunda.
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