El encefalograma del Athletic no puede ser más plano. Ante el Olympique nos ilusionamos absolutamente todos -- porque Nuestro Athletic siempre ilusiona a pesar de que la situación sea totalmente adversa --- y nos pegamos un batacazo de padre y muy señor mío. Yo, particularmente, me quedé sumido en una profunda tristeza. Me quedé hecho polvo hablando claro. Me invadió mucha pena. Amo al Athletic y me percaté desde un primer momento que aquello estaba complicado no... lo siguiente. ¿Dónde quedaron aquellos primeros quince minutos donde nuestro bendito equipo acorralaba al oponente y mínimo situaba el 1-0 en el electrónico de La Catedral? Fue muy triste lo que vimos. Salimos apagados, sin alma, ejercíamos una presión irreal... y estaba claro que aquello era un imposible. Duele, duele muchísimo ver al mejor equipo del mundo sumido en un querer y no poder. Y cuando ya te fijas en el entrenador tristón que tenemos en la banda que está más falto de ideas y recursos que yo jugando un partido de tenis... pues apaga y vámonos.
Fue gracioso escuchar por ejemplo al propio Cuco Ziganda y al mismísimo Aduriz -- mis respetos hacia Aritz pero en este oportunidad la encharcó -- reclamar en los días previos al partido la presencia masiva del aficionado rojiblanco en San Mamés afirmando con dos cojones que el que no creyese en la remontada mejor se quedase en casita. Aquí se están desviando atenciones y se ha intentado echar la culpa al público de la trayectoria penosa del Athletic en el presente curso cuando al respetable habría que hacerle un monumento en cada esquina del Botxo. Para que el aficionado acuda al campo, hay que ofrecer un poquito de buenas sensaciones porque la gente ya empieza a estar harta de tanto cachondeo. Nuestros futbolistas están percibiendo una buena pasta y están acumulando un recital de errores mayúsculos partido tras partido. Ayer el primer gol encajado resultó otra vez escalofriante. Dejamos una auténtica autopista libre, sin ningún obstáculo... y claro, el rival no perdona. Nos seguimos comportando como auténticos pardillos, auténticos benjamines en la cuestión defensiva... y lo pagamos muy caro.
Otro aspecto. No es nuevo porque en anteriores partidos lo hemos presenciado por la pequeña pantalla. Ayer cuando entra Susaeta, vemos que Cuco le da unas indicaciones... y perdonen que sea un malpensado, pero a Susa lo que le dice su técnico le entra por un oído y le sale por el otro. Vean nuevamente la escena...
En fin, un presidente serio ya hubiese tomado una solución con el entrenador incapaz que nos dirige. Un cambio de inquilino en nuestro banquillo podría resultar muy beneficioso en este tramo final de Liga. Pero no, al compadre hay que dejarlo mínimo hasta junio. Porque a mí ya no me extrañaría que siguiese el próximo curso... Qué pena tan grande. A los aficionados al ATHLETIC nos duele muchísimo esta situación tan triste.
P.D: Del partido de este domingo en Can Barca no hablo... porque tengo pánico el carro que nos puede caer.
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