Perdonen que hoy escriba de un tema que se escapa del ámbito de Nuestro Athletic, pero es que estoy leyendo y escuchando cada cosa que me enerva de norte a sur y de oeste a este. Me refiero al gol de chilena de Ronaldo en Italia. Vayamos al lío.
En primer lugar, le duela a quien le duela (yo tampoco trago al portugués al igual que muchos) es un auténtico golazo. Una maravilla. Un portento. Una acción extraordinaria. De órdago. Se nos agotan los calificativos. Lo que hace es de auténtico crack. De eso no hay duda. Es innegable. Decir lo contrario es de necio. Ahora bien, calificarlo como el mejor de la historia es una chorrada... pero chorrada, chorrada... y más chorrada. Está entre los mejores chicharros de la historia... pero no es el mejor. Ronaldo lo borda, pero de ahí a situarlo en el number one media un pequeño abismo. Y es que si tuviésemos imágenes de todos los partidos que disputaron Don Telmo Zarra y Don Alfredo Di Stefano... Messi y Cristiano Ronaldo quizás se quedarían empequeñecidos.
Y por otra parte, no sé a qué coño viene eso de sacar goles de Messi o incluso de nuestro Gran Aduriz. No lo entiendo. Ya sé que Messi y Aduriz han metido goles de chilena, pero no tiene sentido publicar goles de ambos. Me parece una forma de desprestigiar el tanto de Cristiano Ronaldo. Saco uno de Messi o de Aduriz para joder a Ronaldo. Un verdadero juego de niños. El fútbol, o mejor dicho lo que lo envuelve, se ha convertido en una auténtica gilipollez.
En fin, si dejamos la cabezonería de lado y el fanatismo malentendido (es lo que emplean algunos tontos) no hay duda que Cristiano Ronaldo se elevó al cielo y dibujó una auténtica fantasía. E insisto, lo escribe uno que ve al portugués y ya le suben los sudores por lo prepotente que es y por la falta de generosidad que tiene en el campo. Pero al César lo que es del César.
P.D: Dejen de leer o escuchar al tornillo de Roncero... o viceversa, dejen de leer el Sport o Mundo Deportivo de Barcelona o de escuchar a algunos de sus velillos plumillas en algunas tertulias nacionales y verán cómo empezamos a ver el fútbol de manera más sana. Porque uno se contagia de lo malo con suma rapidez.
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