Me pueden llamar negativo, muy negativo... el más negativo si quieren. Ahora bien, creo que el Madrid vencerá con comodidad esta noche en San Mamés. Es más, si meten pronto y nos entra el habitual tembleque y cagalera en defensa dejando auténticas autopistas libres de circulación, el carro que nos caerá será de época. Lo pienso así... y lo dejo patente y escrito. Lo lamento en el alma.
¿Qué tiene que suceder para ganar? Pues un milagro, es decir, que seamos un auténtico bloque en defensa, que las fisuras no hagan acto de presencia y que seamos leones... no gatitos miaus.
Sin embargo, si perdemos esta noche 0-5 por decir algo seré del Athletic más que nunca. Porque lo que siento por el sentimiento más hermoso y único del mundo no se puede describir con palabras. Mi aita me enseñó a amarlo con fervor desde txikia y seguiré el mismo camino hasta el día que me vaya pa allá. Y como he dicho en ocasiones. Cuando me entierren que lo hagan vestido del Athletic y con la ikurriña y la bandera rojiblanca rodeando el féretro. Además, quiero que en el velatorio suene el himno todo el tiempo y que el cura mientras ofrece la misa ponga de fondo nuestro bendito himno. Ser del Athletic es lo más grande que me ha sucedido en la vida y el corazón late a infinito por hora con sus victorias y sus derrotas.
Y pese a que algunos duden de mi cariño hacia el mejor equipo del mundo, ahí tienen en la imagen que ilustra este artículo un ejemplo de lo que me transmitió mi aita con apenas meses de vida. Mi hermana y un servidor vestidos de rojiblancos y con un león que no sé de dónde sacó mi aitatxu aquí en el Puerto de la Cruz.
P.D: Si gana el Athletic esta noche, habrá movimiento sísmico en mi pueblo... de alegría evidentemente porque los aficionados al sentimiento más puro del planeta somos muchos. Incluso el Padre Teide temblará de satisfacción.
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