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viernes, 20 de diciembre de 2013

UN ROBO Y UN GRAVE PROBLEMA


 







 
Generalmente cuando vengo a Bilbao y acudo a San Mamés me llevo el bocata y compro un par de paquetes de pipas por los alrededores del estadio. Sabemos lo que hay y no está la cosa para tirar el dinero. Por eso, hombre precavido vale por dos... eso dicen, no lo digo yo.
 
Sin embargo, los nervios ayer me jugaron una mala pasada. Llevaba ese pensamiento en la cabeza, pero se me fue la olla. Y claro en el descanso del Athletic-Celta tenía un hambre que me subía por las paredes. Entre el frío y la cardiaquera no aguanté más y fui a una de las cantinas de San Mamés temiéndome lo peor. "Me dejas un paquete de pipas y un sandwich de txaka por favor" le dije a una de la chicas que allí estaba. "¿Cuánto es mi niña?" le comenté. Y zas llegó el susto, "cinco euros con treinta céntimos". "¡¡¡Cómo!!!" le espeté. "Cinco con treinta" me volvió a repetir la neska. Pensé en unos segundos que la colegilla no tenía culpa de nada, pagué y volví a la grada con una trabada de tres pares de narices. "Las pipas y el sandwich deberán tener oro" pensé para mis adentros. La sorpresa final fue que de allí no salió oro... ni siquiera plata ni bronce.
 
Bromas aparte, lo sucedido es una auténtica estafa. Un robo para no andarse con rodeos. Ya sé que la vida en la península es justo el doble, lo he comprobado y lo tengo asumido. Ahora bien, a esos dos productos que yo compré -- y que evidentemente habrán comprado miles de aficionados -- no le ganaron el cien por cien... ¡le ganaron el infinito por infinito!. Repito, fue un robo de padre y muy señor mío y me sentí estafado.
 
Y por otro lado, Urrutia and company tienen un grave problema. Vamos a hablar en cristiano. Desconozco el nombre de las gradas, pero si nombro la grada (alta y baja) que está al lado del Hotel Hesperia creo que absolutamente todos nos situamos.
 
No descubro la pólvora si digo que hay aficionados -- socios para ser más concretos -- que si tenemos día de lluvia -- tal y como sucedió ayer y ya ha acontecido en partidos de la presente temporada -- se mojan. Se enchumban. Llegan a casa y lo único que necesitan es secarse y meterse en la cama porque ya vienen duchaditos de La Catedral. Y el problema se achaca a que el campo no está terminado. Es decir, no tenemos construído uno de los fondos y es lógico que entre agua. El amigote con el que fui al partido me hacía ver que esa teoría no es tan clara. Es muy factible que San Mamés esté completamente terminado y buena parte del público que se ubica en esa zona siga mojándose. No hay que ser meteorólogo para percatarse que si pega el viento "el agua tira pa allá". Por lo tanto, ¿qué hará el mejor presidente del mundo?. Pues lo de siempre, hacer una rueda de prensa y no decir nada.

1 comentario:

  1. He trabajado en el campo y puedo sdecir seguro al 100% que aunque se termine el campo hay gente, mucha gente, que se va a mojar, no hace falta ser ingeniero para verlo ... el campo se ha construido muy rapido eso sí, pero nada bien ...

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