Soy del Athletic a muerte. Es mi pasión, es un sentimiento grandioso que llevo en mi corazón, lo adoro y lo adoraré hasta el más allá. Sin embargo, esto no es óbice para decir siempre lo que pienso. Y lo que vi esta noche ante el Éibar fue un espectáculo bochornoso y lamentable.
Y no hablo de juego, ni de historias que se montan algunos literatos que abundan en los medios de comunicación. Hablo de algo básico. Concentración simple y llanamente. Me refiero a un principio primordial en el mundo del fútbol. Ser expeditivos en la parcela defensiva. Meter la pierna. Saber lo que hay que hacer en cada momento. Si se puede jugar al compañero que tienes a tu lado perfecto... pero si la situación genera peligro hay que enviar el esférico al quinto pino. Y el Athletic, Nuestro Athletic Del Alma, fue el claro ejemplo ante el Éibar de estar pensando en las musarañas y de cometer unos errores en defensa de padre y muy señor mío.
Vimos una y otra vez, sobre todo en los últimos veinte minutos, cómo nuestros jugadores no sabían despejar una pelota, se la daban al rival que estaba a escasos seis o siete metros, cómo metían la pierna con una flojedad brutal... y cómo despejaban el balón hacia la propia portería. Y esto no es una locura mía. Vean el partido completo nuevamente y comprobarán que lo que digo es una verdad tan grande como que nuestro campo se llama San Mamés. Yo flipé en colores. Y lógicamente, no es una novedad. Llevamos cometiendo este pecado mortal desde el S.V. a. de C... pero lo de esta noche fue lamentable, penoso... y no quiero emplear una palabra más fuerte porque amo al Athletic hasta el infinito y el más allá.
Estoy hasta los huevos, así de clarito, del toquito-toquito en zona peligrosa cuando lo más fácil es deshacerte de la pelota. ¡¡¡Si lo hacían Piqué y Pujol en la época más gloriosa del Barca con Guardiola!!! ¡¡¡Ya está bien coño!!!
Está claro que tenemos en nuestro banquillo a un entrenador no apto para dirigir a Nuestro Athletic, pero nuestros jugadores cometen errores gravísimos partido tras partido. Y lo peor es que esto no tiene indicios de acabarse. ¡¡¡Qué Dios nos coja confesados!!! ¡¡¡AUPA ATHLETIC HASTA EL INFINITO!!!
P.D: Mis estimado Andoni Goikoetxea e Iñigo Liceranzu, con 60 años, aún darían una clase magistral hoy en día en defensa. ¡¡¡Cuánto los echamos de menos!!!
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