Llegas de Ermua, tu pueblo natal, muy jovencito...
Con 20 años me vine a Bilbao porque ya estaba jugando en el Athletic.Tengo mucha relación con mi pueblo, voy dos o tres veces a la semana. Allí están mis padres y siempre que puedo me escapo porque es donde tengo a todos mis amigos. El cambio no fue duro. Fue más duro irme luego del País Vasco. Aquí estaba a 40 Kilómetros de Ermua, a 20 minutos de Lezama, muchos días estaba allí.
Con 20 años me vine a Bilbao porque ya estaba jugando en el Athletic.Tengo mucha relación con mi pueblo, voy dos o tres veces a la semana. Allí están mis padres y siempre que puedo me escapo porque es donde tengo a todos mis amigos. El cambio no fue duro. Fue más duro irme luego del País Vasco. Aquí estaba a 40 Kilómetros de Ermua, a 20 minutos de Lezama, muchos días estaba allí.
Una vez en el Basconia y en el Bilbao Athletic te aferras al gol.
En la cantera siempre hice muchos goles. El año del Basconia fue muy especial.Teníamos pocos jugadores. Me tocó jugar un poco más retrasado con Mendilíbar, adaptarme a las circunstancias, aunque hice muchos goles. En el filial me fueron bien las cosas a pesar de que tuve una lesión muy larga, casi tres meses lesionado. Se me abrió la posibilidad de hacer la pretemporada con el primer equipo.
Y se produce el estreno en la élite. 1 de septiembre de 2002. Real Sociedad 4-Athletic 2.
Fue un momento muy especial. Debutar en un derbi para un jugador de Ermua y encima en el Athletic, el equipo de toda tu vida, fue muy bonito. Se aunó todo. Fue una pena el resultado, aunque salió como lo había soñado desde pequeñito. Heynckes me dijo que estuviese tranquilo, que había hecho bien la pretemporada, donde me tuve que adaptar a jugar en la banda.
Perdimos el tren europeo en la última cita en Madrid.
Fue un partido extraño. Veníamos de una semana convulsa. Nos estábamos jugando la Uefa, el Madrid la liga. Nos pusimos por delante en el marcador, el Bernabéu se quedó en silencio, pero nos remontaron. Fue una semana dura con el fallecimiento del presidente Uría y no pudimos entrar en Europa. Pusimos las bases para el siguiente año acabar más arriba.
Disputas 28 partidos ¿satisfecho?
Jupp confió en mí a pesar de jugar mucho más en la banda. Debuté en la sub 21, jugué mucho y fue positivo.
Sin embargo, las dos siguientes campañas tu participación disminuye (14 y 14 citas)
Cada entrenador confía en una serie de jugadores. El segundo año de Ernesto jugué mucho en la Uefa. Había mucha competencia y el míster se decantó por otros compañeros.
¿Pesaba la presión a la hora de saltar a San Mamés, notabas el cambio de posición?
Cuando un futbolista no tiene continuidad es más difícil. Llevas seis o siete jornadas sin participar, juegas y quieres hacerlo tan bien que al final no te sale nada. San Mamés siempre se ha portado bien conmigo y es de agradecer.
Y con 23 años dejas la disciplina rojiblanca ¿dolido, triste...?
Era una situación que podía pasar. Llevaba desde los 13 años en Lezama. Es un cambio, pero lo asimilé con normalidad. Eran otros tiempos. Ahora hay jugadores que con esa edad están aún en el filial. A mí con 23 años me tocó salir después de jugar en el primer equipo. Los tiempos cambian y yo al Athletic le debo todo.
Juegas en Eibar. ¿Pierdes la ilusión o le echas más casta que nunca?
La temporada en el Eibar fue muy complicada. Descendimos, tuvimos muchas circunstancias adversas, muchos cambios de entrenadores, situaciones extrañas... aunque se me abrió la oportunidad de ir a Las Palmas.
Y en 2006 fichas por la U.D Las Palmas... donde ganamos una liga en 1983.
La U.D Las Palmas era un recién ascendido. Hicimos un gran grupo, participé. Era la primera vez que salía de casa. Nos fuimos mi mujer y yo. Nos adaptamos muy bien y pasamos un buen año. En Gran Canaria los jugadores vascos están muy bien vistos, han jugado muchos en la isla. Me trataron fenomenal y Merino González (delegado del conjunto canario y árbitro que dirigió el choque Athletic-Real Sociedad de la última jornada del ejercicio 83-84) siempre me habló muy bien del Athletic.
Jaén, Cádiz, Alavés, Ceuta, Guadalajara, Nástica y Barakaldo ¿el mundo que te encuentras fuera de Bilbao es totalmente diferente?
Está claro que en el Athletic está en otras condiciones. Es otro mundo. Yo he tenido mucha suerte de toparme con un 90% de muy buena gente en el mundo del fútbol. Es evidente que ha habido gente que no se ha merecido dirigir a algunos equipos porque, no es mi caso, había jugadores que vivían al día, que no tenían para pagarse el alquiler y los clubs no le facilitaban nada. Son cosas que en Bilbao no suceden. Sin embargo, fuera lo vas aprendiendo.
¿Surje la oportunidad de volver a Primera División?
Tras mi segundo año en Jaén hubo rumores que hablaban de un par de equipos de Primera División. Si subíamos a Segunda, perdimos el último partido del play off, hubiese renovado tres años. Al final fue una pena y me tuve que ir al Cádiz. Incluso se habló de mi regreso al Athletic porque había hecho muchos goles.
¿Qué recuerdas de los partidos con Euskadi en Venezuela y ante Cataluña en La Catedral?
Jugar con Euskadi siempre es bonito. Había estado en las categorías inferiores, luego debuté en la sub 21 y es especial.
En la presente temporada militas en el Barakaldo.
Estoy muy contento. He vuelto a casa después de muchos años. He estabilizado a mi familia y he hecho buenos partidos. Hace una semana firmé mi renovación, estamos a otro nivel, pero siempre se agradece volver a casa.
Y una curiosidad. Tu segundo apellido es Dosantos. ¿La amatxu tiene descendencia portuguesa?
Mi abuelo era portugués y mi madre es gallega. Tengo familia allí y todos los años me escapo una o dos semanas a Galicia. Cosas de apellido.
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