Te crías en Lezama, aunque con 20 años abandonas la disciplina rojiblanca ¿obligado, no veías futuro...?
Entré con 12 años y con 19, casi 20, me tuve que marchar porque no contaban conmigo. Me fui al Alavés, Sestao y Celta y volví cumpliendo el sueño que siempre había tenido, fichar por el primer equipo.
¿Cómo aparece el interés del Celta en 1996?
En el Sestao hice una segunda vuelta interesante marcando ocho goles y jugando muy bien. Había equipos (el Sevilla, el Celta y también algún conjunto portugués) que se interesaron y decidimos el Celta. Acertamos.
Y en 1997 regresas al Athletic ¿Te coge desprevenido o no pierdes la esperanza de triunfar en San Mamés como local?
Una vez que fui al Celta sabía que si lo hacía bien, el Athletic me iba a fichar. Yo lo tenía muy claro y así fue. Estuve un año, me hice con el puesto de titular y el Athletic por mediación de Luis Fernández me vio algún partido, le gusté y me ficharon.
¡¡¡Menudo comienzo. Subcampeones de Liga. 37 partidos disputados y seis goles...!!!
Increíble. El primer año fue maravilloso, fue una pasada. El equipo había estado en Uefa, quedamos segundos, jugamos La Champions, yo marcaba goles, daba asistencias, jugaba, me sentía importante... Fue el año más importante de mi carrera.
¿Qué significado tuvo representar al Athletic en La Champions?
Impresionante. Escuchar el himno de La Champions que siempre lo escuchas sentado en el sofá, escucharlo en San Mamés y por el extranjero fue maravilloso. Fue la experiencia de mi vida.
Y tras unas temporadas irregulares, casi jugamos una final de Copa en la 01-02 ¿cómo recuerdas aquella eliminatoria ante el Real Madrid?
Estaba Heynckes. En el descanso íbamos cero a cero y estábamos clasificados para la final porque habíamos ganado 2-1 en San Mamés. Luego, la calidad de los hombres de arriba marcó la diferencia y no pudimos hacer nada. Fue un palo muy duro quedarte a las puertas de la final.
En el curso 2004-2005 disminuye tu participación. Sólo juegas diez partidos en Liga. ¿Valverde fue el principio del fin?
Estuve lesionado de menisco y estuve cuatro meses parado. El Athletic andaba muy bien, fue difícil entrar y fue uno de los años que menos jugué. Cuando juegas siempre estás contento y cuando no juegas estás menos contento, pero mi relación con Valverde siempre fue de respeto. Es uno de los entrenadores de los que siempre digo que es de los mejores que he tenido.
¿Por qué emigras a Israel?
Porque necesito jugar. Empecé jugando con Clemente, luego no tuve la continuidad que esperaba y decidí marcharme, jugar, para el último año de contrato estar a tope.
En tu retorno vives desde el banquillo aquel histórico partido ante el Levante en 2007. Nos podíamos ir a Segunda. ¿La tensión fue máxima?
Sí, sí... Había mucha tensión, pero sabíamos que íbamos a ganar porque en casa en ese tipo de partidos el Athletic nunca falla. Hay algo especial en San Mamés que los encuentros importantes siempre se sacan adelante. Nunca pensamos que nos podíamos ir a Segunda y ahora tampoco lo pienso. Este club siempre se va a mantener en Primera División porque es especial y por historia. Está claro que nunca lo veré en Segunda.
Hace algunos meses afirmabas en www.eldesmarquebizkaia.com que "con más cabeza hubiese llegado más lejos".
Hay ciertos jugadores que maduran a una cierta edad. A mí me tocó un poquito más adelante, pero teniendo la madurez que tuve y que tengo ahora por ejemplo, seguramente las tonterías que puedes hacer cuando eres joven y te enfadas con los entrenadores por no jugar... reacciones esas de niño, ahora no las haría y no me habría perjudicado tanto en no jugar muchos partidos que me he perdido por ese tipo de cosas que son inmadureces.
¿Tu sueño es entrenar al Athletic?
Mi sueño ahora mismo es seguir entrenando a los niños que dirijo donde estoy disfrutando muchísimo, ir paso a paso y lo que sea en el futuro Dios dirá. Quiero enseñar todas las experiencias que he podido vivir. Eso es lo más bonito que me está pasando ahora.
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