Fernando Llorente anotó tres golazos en Vallecas. Fueron tres chicharros preciosos. Me recordaron a acciones que realizaba en su época de futbolista un gran delantero, Julio Salinas. El primero fue un testarazo imparable dentro del área. El segundo se revolvió al más puro estilo Salinas y la enchufó como mandan los cánones. Y el tercero cabeceó con decisión y supuso un triunfo importantísimo en la capital del reino. Llorente se llevó el balón con toda justicia y redondeó un hermoso partido alcanzando su primer hat trick liguero con la camiseta del Athletic. Además, trabajó y fue una pieza indispensable en nuestro bendito equipo. Estuvo sensacional. Fue sencillamente la estrella del choque Rayo 2-Athletic 3. Una victoria -- inesperada para un servidor -- que nos llena de ilusión y felicidad y que nos permite afrontar el choque de ida de las semifinales de Copa en Miranda el martes con los deberes ligueros hechos.
Lo que si es criticable son los fallos y la fragilidad defensiva cometida ante el rival dirigido por Sandoval y la inseguridad mostrada por nuestro portero Gorka Iraizoz. En el primer gol vallecano estamos mirando para las musarañas y entran como Pedro por su casa. Y en el segundo erramos nuevamente en retaguardia con la colaboración inestimable de Iraizoz que despeja una pelota a los pies del contrario a un metro de la línea de gol. Y lo que hemos apuntado. Nuestro guardameta titubeó en muchos balones, arriesgó con el esférico en los pies en lugar de enviarlo al quinto pino (Valdés lo hace en muchas ocasiones),... y nos pudo costar muy caro. Si el Athletic fuera un muro en defensa, ganaríamos con suma facilidad.
Hemos logrado tres puntos de oro. A pensar en la Copa, es decir, en el Mirandés. Como dice mi aita ¡¡Orden, orden y más orden!!... confianzas cero. Tenemos la final a dos palmos de la mano... y hay que traernos un buen resultado para Bilbao. ¡¡Vaaaaaaamos Athleeeeetic!!
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