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miércoles, 28 de agosto de 2013

CARLOS RUIZ: "SIEMPRE TUVE CLARO QUE ACABARIA MI CARRERA DE MEDICINA" ( III )



Vamos con episodios de tu vida personal. Eres médico. ¿Cómo compaginabas estudiar y jugar al mismo tiempo?
Todo tiene su explicación. Hoy los jugadores empiezan en edades muy tempranas. Desde infantiles entrenan ya todos los días. Tienen dificultades para entrenar y centrarse en unos estudios adecuadamente. Yo ese problema no lo tuve porque yo comencé a jugar con 19 años. Con esa edad ya había empezado a estudiar en Ingenieros. Mis estudios eran lo primero y empecé a jugar al fútbol porque me gustaba. Lo que pasa es que en Regionales metí más de 40 goles, me fichó el Getxo en Tercera División pero seguía estudiando. Me salen las cosas bien porque era el máximo goleador. El Bilbao Athletic estaba en Segunda División y a Zubiaga lo suben al primer equipo. Les hacía falta un delantero y me ficharon para el filial media temporada donde también quedé máximo goleador. Y en tres temporadas pasé de Segunda Regional a Primera División, algo que ni por lo más remoto se me pasaba por la cabeza. Seguía estudiando en Ingenieros y en ese momento pensé "tengo dinero para pagarme mis estudios" ya que soy tercero de una familia de diez hermanos. Tampoco era cuestión de decirles "dejo Ingenieros y me pongo a hacer medicina". Habían puesto la carrera de medicina en Bilbao porque cuando yo empecé Ingenieros no existía. Y le dije a la familia "no os preocupéis que me cambio de carrera, aunque ahora me pago yo los estudios". Te cuento. A las ocho de la mañana empezaban las clases y estaba en la Universidad de Leioa. A las diez que comenzaba la segunda clase cogía el coche e iba a Lezama a entrenar. Terminábamos sobre la una. Llegaba a casa comía, me echaba un rato de siesta y a las cuatro estaba en la biblioteca estudiando hasta las nueve de la noche que cerraban la biblioteca de La Diputación que fue donde conocí a mi mujer. Y esta era mi rutina. Cuando fui avanzando en la carrera las prácticas las hacía por las tardes sino podía estar en el hospital por la mañana. Lo que tenía claro es que no iba a dejar mis estudios. La carrera de seis años la acabé en diez y lo que hacía era que la temporada que nos clasificábamos para Europa en lugar de matricularme del curso completo lo hacía de cinco o seis asignaturas.


¿Te veían como un extraño en el vestuario?
No lo sé, supongo que no... jejeje. Aunque si es cierto que a veces he escuchado algún comentario al respecto e incluso de algún entrenador diciendo que me quedaba a estudiar por las noches. Y eso únicamente lo he hecho cuando han finalizado las temporadas o tenía exámenes, de resto nunca lo he hecho. Los que estudiábamos (Villar hizo Derecho y Amorrortu Económicas) no éramos muy bien vistos. No sé si las ciencias nos iban a quitar luces, aunque creo que es al revés...jejeje.


Cuando ganas el Pichichi en el 75 seguro que no te quitaron luz alguna...
Jajaja... No, no... era justo cuando tenía 27 años, el punto culminante de mi carrera deportiva por experiencia, madurez mental y física. Son los años en los que el rendimiento puede ser mayor a nivel del deporte.


En el Real Madrid militaba un mito, Pirri, que se decantó de la misma manera por la medicina ¿intercambiaban los apuntes en pleno partido?
Jajaja... Pirri jugaba de central o en mediocampo. Benito era el que repartía patadas y Pirri era el que repartía juego. Cuando jugábamos me decían "si el balón lo coge Benito déjale que nos lo acaba dando. En cambio, "si lo coge Pirri síguele porque ese sí nos va a crear problemas". Pirri acabó la carrera de Medicina cuando se marchó a Méjico a jugar en el Puebla.


Sabrás que fuiste un ejemplo para niños de esa época y de años posteriores.
Mucha gente me lo ha dicho más de una vez. Entiendo que no doy el perfil típico de jugador de fútbol porque parece que es difícil compaginar una vida dedicada a estudiar con el deporte. Sin embargo, yo en ese momento no me planteaba otra cosa. Ya venía iniciado en esa carrera universitaria y mi idea no era jugar en Primera División. No veía razones para dejar de estudiar. Y tenía claro que acabaría mi carrera.


¿Viste a muchos compañeros perderse por el camino porque incluso alcanzando la profesionalidad no supieron encauzar su vida?
Sí, si es verdad. La historia del fútbol está plagada de ese tipo de casos. Por ejemplo de cien chicos que están en Lezama, llegan uno o dos al primer equipo. Por lo tanto, mucha gente se queda por el camino. Y de esos chicos hay muchos que descuidan los estudios cuando con 16, 17 o 18 años aún no sabes lo que va a suceder. Sé que en Lezama están encima de los chavales, les transmiten que estudien, tienen aulas allí... se preocupan de este apartado. No es de recibo jugar en Tercera División y olvidarte de todo. Estudiar no te va a impedir entrenar. Al revés, te va a dar unos conocimientos y una madurez mental que va a servirte para jugar al fútbol y para otras muchas cosas. Esto es impepinable.


¿En algún momento se presentó la oportunidad de ingresar en el Athletic en el apartado médico?
Sí. Fue una época en la que yo estaba en el Español y coincidió con la muerte de Paco Angulo (padre de Patxi Angulo) médico del Athletic. Me llamó Iñaki Sáez, director deportivo, y me comentó la posibilidad de venir. Yo tenía un año más de contrato, había desplazado a la familia con los tres hijos a Barcelona (casa y colegios) y le dije a Iñaki que en ese momento no podía. Me hacía mucha ilusión, pero si de ahí a unos años me hacía la misma propuesta venía de cabeza. Era un paso complicado porque aún estaba jugando en el Español.


La vida te ha deparado muchas alegrías como médico.
He trabajado siempre en medicina del deporte que es la especialidad que tengo. Estuve seis años en el CajaBilbao, dieciséis años en La Federación Español de Balonmano (primera medalla olímpica de Bronce en Las Olimpiadas de Atlanta en el 96, campeonatos mundiales, medallas europeas...) y desde el 2000 colaborando con La Federación Española de Fútbol. En julio estuvimos con las chicas en el Europeo de Suecia. Es cierto que alegrías he tenido muchas. Siempre he sido más de un deporte de equipo que de uno individual. Este último no me atrae tanto desde un punto de vista médico.


Y me cuentan dos cositas:

A)- Carlos jugó muchos años con los cuatro meniscos operados ¿qué te sucedió?
Mi primera temporada en el Athletic (70-71) casi en el tramo final, en una entrada de Goyo Benito al lado de los banquillos de San Mamés, muy fiel a su estilo con las dos piernas al aire en plan tijera, pues me lesionó los dos meniscos de la rodilla derecha. Y antes las intervenciones de menisco se hacían abriendo la rodilla y quitando el menisco entero. Hoy en día es con artroscopia y quitando sólo la parte rota del menisco, no el menisco entero. La evolución era más lenta. Una operación de menisco en aquella época suponía estar ingresado una semana en la clínica. En cambio, ahora estás un día y te vas para casa tranquilamente.
La segunda rodilla, la izquierda. Fue un partido ante el Barca donde un brasileño rubio, Mariño, me hizo una entrada que no pitaron ni falta en un balón que me viene de espalda y la dejo de cara, me giro para irme y en el giro me da un hachazo. Y claro otro menisco.
Y el cuarto fue en un encuentro que jugamos ante el Racing de Santander en el Sardinero en una liga que se hizo entre equipos de Primera División por la zona norte. En la caída de un salto la paré con el pecho, giré e hice el gesto antes de tiempo. Es decir, según estaba cayendo giré y en la caída hice una torsión y me acabé lesionando el único menisco que me quedaba. Creo que el pobre hombre decía "qué hago yo aquí en estas dos rodillas yo solo y se tiró del carro"...jejeje.
Eso ocurrió en el 75. Me retiré en el 82... pues estuve siete años sin meniscos. Un entrenador me decía "tu no puedes jugar". Y yo le contestaba "¡¡¡Cómo que no puedo jugar, llevo siete años!!!".

B)- Además, me dicen que "Pichichi es un caballero, muy buena persona".
(A Carlos se le nota emocionado a la hora de encarar la respuesta).
Pues dar las gracias a amigos que dicen esas cosas de mi. Cada uno es como es... sin más... no te puedo decir más.

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